Barranquitas, municipio de la cordillera central de Puerto Rico, conocido por ser tierra de destacadas figuras de la vida publica de la isla y albergar el cañón de San Cristóbal -el más profundo de las Antillas-, ya no es verde, el huracán María la dejó marrón y dañó más de 1.200 edificaciones de madera y zinc. Ahora intenta revivir.
Conocido como “Cuna de próceres” por una buena cantidad de lumbreras puertorriqueño han nacido en este municipio, dividido en ocho barrios, tratan de levantarse día a día con lo poco que les queda y los bienes que les llevan desde el Gobierno central y federal.
PUBLICIDAD
En una reciente visita del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, a Barranquitas, éste indicó que el restablecer el servicio de electricidad a alrededor de los 24.000 habitantes que residen allí es la máxima prioridad.
“Necesitamos generadores para ponerlos en hospitales y para que fluya el agua para las casas”, sostuvo Rosselló, quien junto al alcalde de Barranquitas, Francisco López, entregó 2.592 comidas y 6.912 litros de agua para los damnificados esta semana.
Las sobre mil viviendas destruidas en Barranquitas se ubican en sus ocho barrios: Barranquitas Pueblo, Helechal, Palo Hincado, Honduras, Quebradillas, Cañabón, Barrancas y Quebrada Grande.
Además, en dicho municipio siete puentes estatales y diez puentes municipales colapsaron.
“Un municipio tan frondoso y conocido por su agricultura, y ahora es cero. Ver que hay mil hogares sin techo, que se pueden ver fácilmente solo sobrevolando el municipio, es triste”, afirmó el jefe del Ejecutivo.
PUBLICIDAD
“Sé que son momentos difíciles para el pueblo y que estar buscando agua y comida en este momento no es la manera más cómoda. Pero también veo a un pueblo resiliente. Con esfuerzo saldremos de esta emergencia más fuerte que nunca”, enfatizó.
El gobernador informó además de que se habilitará un espacio en el municipio para preparar comida caliente y que sirva de centro de distribución de alimentos.
La visita de Rosselló a Barranquitas, conocido por su producción de apio, es una de varias que hace el gobernador a diario a los municipios más afectados en la isla por el paso de María.
Sus visitas son mayormente para suministrar junto al Ejército de Estados Unidos o con la Guardia Nacional de Puerto Rico esas miles de libras de comidas y otros miles de litros de agua.
“Hay que estabilizar estos municipios con flujo de agua y comida, sino también sostener la situación. Pero ciertamente lo que es la montaña y otras zonas, están bien afectadas”, dijo Rosselló, quien también enfatizó que estas localidades necesitan seguridad.
“No vamos a abandonar a estos pueblos de la montaña. Los pondremos como prioridad porque es la más afectada y vulnerable”, recalcó.
El alcalde López, por su parte, admitió que aunque sobre mil hogares de su municipio quedaron devastadas por el paso del ciclón, “sé que nos vamos a levantar con el esfuerzo”.
Añadió que el 15 % del sistema de agua está funcionando con generadores de electricidad, pero si estos no consiguen el diesel necesario para seguir operándolos, el servicio potable caerá y empeorará la situación.
“Y además, necesitamos más camiones cisternas de agua potable, porque hay gente que está incomunicados por caminos municipales”, sostuvo López, líder municipal de Barranquitas, el cual cuenta con municipios limítrofes, como Cayey, Aibonito, Naranjito y Orocovis.
Y aunque el alcalde dijo que ya ha logrado comunicación con todos los barrios y sectores de Barranquitas, todavía hay lugares que no tienen acceso con vehículos.
También indicó que ha podido llevar suministros a estas familias con brigadas municipales.
En Barranquitas, actualmente hay 38 refugiados, aunque hay cerca de 2.000 personas que se están refugiando en casas de familiares.