Pakistán — Un ataque suicida en un templo chií en una villa remota en el suroeste de Pakistán dejó 20 muertos y al menos 25 heridos, informó hoy un portavoz del gobierno.
El autor del ataque detonó sus explosivos justo cuando fue detenido para el rutinario chequeo a la entrada del templo en la aldea de Jhal Masgi, a unas 240 millas (400 kilómetros) al este de Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán.
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El grupo extremista Estado Islámico se atribuyó el ataque. Anwarul Haq Kakar, vocero del gobierno provincial, dijo que la cifra de muertes probablemente aumentará ya que muchos de los heridos estaban graves.
Mohammad Iqbal, jefe policial local, dijo que entre los muertos había cinco niños, una mujer y un policía.
Cientos de fieles habían acudido al templo debido a un feriado mensual. La televisora local mostró imágenes de gente desesperada pidiendo auxilio justo después de la explosión.
Pocas horas antes, el portavoz del ejército paquistaní, mayor general Asif Ghafoor, dijo que se habían recibido indicios de un ataque inminente.
En el pasado extremistas suníes han perpetrado atentados similares contra la población chií en Pakistán. Los extremistas suníes consideran apóstatas a los chiíes.
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El primer ministro paquistaní Shahid Khaqan Abbasi condenó el ataque.
En un comunicado, el primer ministro dijo que “los terroristas no tienen religión alguna” y prometió que su gobierno luchará con todo su poder en contra de los terroristas.
En junio por lo menos 75 chiís murieron al estallar dos bombas simultáneas en un mercado en Parachinar, en el noroeste del país. El grupo Lashkar-e-Jhangvi, un grupo radical suní, se atribuyó el ataque en Parachinar, que es de mayoría chií.
En febrero, un integrante del grupo Estado Islámico detonó sus explosivos en un templo sufí en la provincia de Sindh, en el sur del país, matando a 88 fieles que protagonizaban la danza ritual conocida como “dhamal”.