Los detalles son pocos. Su reacción ante el desastre que dejó María en la isla, como siempre, es impredecible. Lo único certero sobre la visita del presidente Donald Trump, quien el martes llegará a la isla, es que traerá seguridad hasta los dientes.
Algo que, según Héctor Pesquera, secretario del Departamento de Seguridad Pública, es común cuando se moviliza el máximo líder de la nación más poderosa del mundo.
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Pero la Policía del país, de acuerdo al funcionario, tendrá muy poca ingerencia en el proceso de brindarle protección a Trump, tal como ha sucedido con la planificación de su estancia en tierra boricua.
“En estos casos, típicamente, la exclusividad de la seguridad de los presidentes recae en el Servicio Secreto. El Servicio Secreto, cuando anuncian una visita a una localidad viene con todo su staff, hacen los análisis necesarios dependiendo de la ruta que vaya a tomar el presidente y hacen su análsis de qué necesitan y luego ellos lo traen. Si hay que complementarlo con los policías, así sucede”, ripostó el también exsuperintendente de la Policía.
Hasta el momento, por motivos de seguridad, la agenda de Trump en Puerto Rico es secreta, comentó Pesquera.
Quieren que vea el desastre que dejó María
Alfonso Orona, principal asesor legal del gobernador, reiteró la secretividad de los asuntos que tratará Trump en la isla, hasta que se presencie. Empero, lo que sí pudo revelar es que la administración de Ricardo Rosselló desea que observe de primera mano cómo el ciclón golpeó a Puerto Rico.
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“El gobierno espera que Trump se pueda llevar una imagen clara de cuál ha sido el impacto del huracán María en todo Puerto Rico”, sostuvo.
Nosotros entendemos que es un momento fundamental para que el presidente sepa lo que está pasando y por qué nuestros reclamos de ayuda para las comunidades del país”, agregó Orona.
Al tiempo, manifestó que aprovecharán la ocasión para cabildear con el propósito de que Trump inste al Congreso de los Estados Unidos a aprobar un paquete de medidas para la revitalización de Puerto Rico, tal y como ocurrió con Florida y Texas luego del golpe de un huracán.
Con las palabras de Orona concordó Rosselló ayer durante una rueda de prensa.
“Es importante que vea de primera mano el daño y por eso es el beneficio. Podré comunicarle las acciones que se tienen que tomar y desarrollar los pasos a seguir”, aseveró el primer ejecutivo durante su alocución.
Rosselló también dijo que el gobierno de Puerto Rico no está enfocado en la “logística” para recibir al mandatario, sino “en el trabajo que hay que hacer”, porque Trump “trae su propia logística”.
De otra parte, el gobernador comentó que la visita del presidente es una muestra para los puertorriqueños de que está preocupado y comprometido por resolver los problemas del país.
Al tiempo, añadió Rosselló, su presencia en la isla enviará un mensaje de apoyo a los funcionarios federales que están atendiendo la emergencia.
FEMA tiene que aprender del desastre de Puerto Rico
Ante la queja de varios sectores de la ciudadanía por la lenta respuesta de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) para solventar la crisis en Puerto Rico, Orona destacó que “hay mucho que aprender”.
“A nivel federal tienen que haber protocolos de respuesta más rápida para estos casos. Hay que tener en consideración que la geografía [de Puerto Rico] juega un papel importante”, explicó.