Por José Encarnación Martínez
En exclusiva con Metro el alcalde de Río Grande, Ángel ‘Bori’ González, denunció que a pesar de que en la Ciudad del Yunque hay una planta de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), hace varios días no hay camiones cisternas con agua potable para su pueblo, donde los daños ya han sido estimados en sobre $3 millones, y contando.
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“Vemos los camiones y no se detienen. Nos pasan por al frente y se los llevan con el agua potable para otros pueblos”, confesó el mandatario municipal, quien aseguró que, de no haber camiones para su gente, mañana él y su personal estarán dispuestos a paralizar los procesos de distribución de agua en la planta AAA de su municipio.
“Estaremos postrados allí [en en la planta AAA] desde bien temprano. Necesitamos que también se nos dé el servicio. Queremos trato igual. Y más aún cuando el agua sale de nuestro pueblo”, sentenció González ante las preguntas de este medio.
En respuesta a la incomunicación total que se vive en el área Este, así como en otros sectores de Borinquen, el servidor público tuvo que llegar en horas de la noche de hoy a la capital del país para expresarle al gobierno central la urgencia de recibir agua potable y distribuirla de inmediato.
No obstante, González aprovechó para destacar que en Río Grande no hay bancos abiertos, no hay dinero en efectivo y tanto las gasolineras, como los supermercados, no dan a basto por la carencia de diesel y los racionamientos.
“Tenemos un problema serio con los productos esenciales. En Rió Grande estamos adaptándonos al día a día en términos de los servicios básicos. Uno de los agravantes ha sido la gasolina. Tenemos a la gente desde tempranas horas apostada en todas las estaciones esperando los camiones”, añadió el alcalde a su salida del Centro de Operaciones Especiales del Distrito de Convenciones Pedro Rosselló González en Miramar.
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“Lo más importante en esto ha sido la distribución de diesel. Los comercios dependen de eso ahora mismo. Nos han solicitado que se mejore la distribución a la brevedad posible, porque son muchas las necesidades ante la carencia de combustible. Comida, hielo, el cash que no fluye…”, dijo González, preocupado ante el panorama incierto que vive, no solo Río Grande, sino todo el país.
Al presente, en el municipio de la costa Noreste de Puerto Rico hay tres supermercados en funciones. Todos, de acuerdo con el alcalde, están operando bajo un riguroso control y la gente hace sus compras en un tiempo limitado para tratar que las largas filas fluyan.
González informó, igualmente, que se han reportado dos muertes en su pueblo. Una de ellas estrechamente ligada al paso del huracán María y la segunda fue un asesinato.