El Gobierno está analizando la posibilidad de una movilización militar a gran escala para la distribución de diésel en Puerto Rico, de manera que se puedan poner a funcionar no sólo servicios esenciales del Estado, sino el comercio y otras actividades económicas necesarias para estabilizar el país.
De lograrse la operación, se presume que la misma sea dirigida desde el U.S. Transportation Command de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que tiene su centro de mando en la Base Aérea Scott, en el estado de Illinois.
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El tráfico marítimo en los puertos de Puerto Rico estuvo interrumpido varios días debido al paso del huracán María primero y, luego, en lo que se evaluaban los daños y obstáculos que pudiesen haber quedado sumergidos en los canales de acceso. Los puertos reanudaron sus operaciones, aunque con restricciones por la falta de energía eléctrica, pero no se ha logrado restaurar los niveles necesarios de transporte del diésel que ha llegado y sigue llegando.
Un puñado de compañías gasolineras son las que tienen el control de la entrada del combustible a Puerto Rico y su mercadeo, pero aparentemente no están a cargo directamente de su transporte terrestre. Se ha indicado que las empresas de camiones y camioneros independientes no tienen diésel suficiente para realizar el intenso acarreo que hace falta.
Una operación militar de gran escala para suplir transporte de diésel en cantidad suficiente para garantizar los servicios públicos y reactivar la economía tiene en sí misma muchas complejidades logísticas. Una de las cosas que habría que determinar es qué unidades serían movilizadas de distintas bases dentro de la zona del Northern Command –EEUU- y si se enviarían también camiones con sus tanques de carga, además del tiempo que tomaría hacer llegar hombres y equipos a Puerto Rico.