Más de 23,000 personas permanecen desplazadas en República Dominicana debido las inundaciones y desbordamientos de ríos por el paso del huracán María, mientras el gobierno evaluaba el lunes los daños materiales y las pérdidas en el sector agrícola.
“No hay nada que buscar, no se puede recuperar nada, todas mis cosas el río se las llevó”, dijo por teléfono a The Associated Press Carmen de la Cruz, una médica cuya vivienda en la localidad de El Seibo, 130 kilómetros al este de la capital, quedó completamente bajo el agua durante dos días tras el paso del meteoro.
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De la Cruz, madre soltera de tres niños, asegura que aunque el nivel del agua ya bajó “no quiero volver a esa casa, no quiero porque esto podría volver a pasar”. Asegura que el desbordamiento del río, a unos 300 metros de su casa, los tomó por sorpresa la noche del 21 de septiembre y no tuvieron tiempo de tomar ninguna de sus pertenencias.
La mujer y sus hijos permanecían alojados en la casa de un familiar que les prestó dos habitaciones.
“No hay nada que buscar, no se puede recuperar nada, todas mis cosas el río se las llevó”.
Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencias, dijo que hasta el mediodía del lunes poco más 23,000 permanecían fuera de sus casas debido a las inundaciones que afectaron a varias localidades del este y norte del país tras el paso de meteoro, el cual dejó al menos un muerto.
De acuerdo con los organismos de socorro, 188 viviendas quedaron completamente destruidas y 14 puentes resultaron dañados. El huracán también afectó el suministro de agua potable y energía eléctrica.
El presidente Danilo Medina visitó algunas de las zonas más afectadas el fin de semana y el lunes encabezó una reunión con todos los miembros de su gabinete para estimar los daños, agilizar la ayuda a los damnificados y la reparación de puentes y carreteras.
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“Todavía hay mucho terreno inundado, plantaciones de plátano y arroz y hasta que las aguas no salgan, no sabremos cuál es la magnitud de los daños”, dijo Ángel Estévez, ministro de Agricultura, al término del encuentro.
La zona arrocera más importante del país, en el noreste, permanecía inundada por el río Yuna, mientras las plantaciones bananeras en el noroeste estaban bajo las aguas del río Yaque del Norte.
José Ramón Peralta, ministro administrativo de la Presidencia, explicó a periodistas que aunque no se ha establecido una cifra precisa “los daños son muy cuantiosos”.