El terremoto que tuvo epicentro en Chiapas y que tuvo de magnitud 8,2 en la escala de Richter, cobró 32 víctimas. También se sintió en Ciudad de México.
Pero lo que más ha inquietado a quienes lo presenciaron fueron las “extrañas” luces que se vieron en el momento del sismo.
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Sin embargo, la ciencia tiene una explicación para esto: es un fenómeno conocido como triboluminiscencia.
¿De qué se trata?
Es la emisión de luz posterior a una deformación o fractura que se genera por vía mecánica o térmica. También es un fenómeno óptico cuando algunos materiales están sometidos a trituración, tensión, agitación o estrés térmico. También puede suceder por separación y unión de cargas eléctricas.
Por supuesto, se ha dado en terremotos antes. Hace 10 años, en el terremoto de Ica, Perú, el 15 de agosto, los habitantes de Lima se sorprendieron por luces que salían del mar y que tenían diversos colores. Sin embargo, se descubrió que algunos fogonazos de color amarillo en el horizonte que no tocaba el océano se habrían generado por cortocircuitos de líneas de alta tensión. Asimismo, la tribuluminiscencia roja y verde se explicó gracias a este fenómeno y otros de carácter atmosférico.
Se dice también que la placa de Nazca, al chocar con la placa Continental, liberó gran energía y la triboluminiscencia se ejerció por la presión sobre el cuarzo y otros minerales. Además, un estudio hecho en Japón por el Instituto de Investigación Nacional Industrial de Chugoky reveló que la fracturación del dióxido de silicio genera luces rojas y azules por 100 milisegundos.
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