El gobierno del presidente Donald Trump anunció el martes que en seis meses pondrá fin a un plan de alivio migratorio que exime de la deportación y concede permisos temporales de trabajo a unos 800.000 inmigrantes traídos sin autorización a Estados Unidos cuando eran niños.
“No podemos admitir a cualquiera que le guste venir aquí”, dijo el secretario de Justicia, Jeff Sessions, al anunciar la decisión. “Esa es una política de fronteras abiertas y el pueblo estadounidense la ha rechazado correctamente”.
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El Departamento de Seguridad Nacional dijo que no aceptará solicitudes a partir del 6 de septiembre.
Trump sugirió en un tuit horas antes que corresponde al Congreso definir el destino de los conocidos como “dreamers” al publicar “Congreso, prepárate para cumplir con tu tarea: ¡DACA!”, aludiendo a las siglas en inglés del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.
El gobierno de Trump anunció la decisión al cumplirse el plazo fijado en junio por un grupo de legisladores estatales republicanos que acudirían a los tribunales para desmantelar el beneficio si la administración no actuaba antes del 5 de septiembre.
Aunque hizo campaña como enemigo intransigente de la inmigración ilegal, Trump había dicho que simpatiza con la suerte de los inmigrantes que llegaron de niños y no tienen recuerdos de sus países de origen.
El presidente Barack Obama aprobó el programa DACA por decreto en 2012 como solución de emergencia después de tratar en vano de que el Congreso aprobara una reforma migratoria integral.
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La eliminación de DACA coincide con la política restrictiva a la inmigración ilegal que ha adoptado Trump y con otras medidas criticadas por congresistas y organizaciones hispanas tales como el indulto otorgado recientemente a Joe Arpaio después de que un tribunal federal condenara al ex jefe policial de Arizona por desobedecer órdenes judiciales para frenar sus patrullas antiinmigración.
Numerosas organizaciones de “dreamers” cabildearon intensamente a funcionarios electos, universidades y empresarios durante las semanas recientes y prevén protestas los próximos días.
Un grupo de 28 jóvenes procedentes de nueve estados desayunaron juntos el martes en una iglesia al iniciar un ayuno de cuatro días frente al Congreso para solicitar una protección vía legislativa.
El mexicano de 20 años Fernando Nájera, quien llegó a Arizona a los tres años y goza del alivio migratorio igual que su hermano menor, dijo a AP sentirse muy nervioso por su primer ayuno mientras desayunaba una quesadilla con huevo y jugo de vegetales.
“Mi padre cruzó el desierto tres veces para reunirse con nosotros en Arizona. Si él pudo sacrificarse así, yo también. Este ayuno será en honor a mi padre”, dijo Nájera, quien espera convertirse en 2019 en el primer universitario de su familia gracias a la beca que obtuvo para estudiar ciencias políticas.