El desprendimiento de tierra afectó a 34 casas de la localidad de Bijie, en la provincia de Guizhou. Los habitantes de este pequeño pueblo de China, no sabían lo que se les venía encima. Una montaña.
Literalmente. Una cascada de piedras. La montaña que se hace añicos y una nube de polvo que termina por sepultarlo todo.
El alud deja dos muertos y 25 desaparecidos por el momento. Bajo los escombros, una treintena de casas y 4 sobrevivientes.
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Un verano extremo en el sur de China que suma otra catástrofe. Como la de Sinchuan, en junio, donde un terremoto de 7 grados dejó 25 muertos. O el tifón Hato. Arrasándolo todo a su paso.
Un país que encadena catástrofe tras catástrofe y que poco puede hacer contra la fuerza de la naturaleza. Video: Reuters.