El juez Daniel Domínguez, del Tribunal de EEUU en Puerto Rico, sentenció a Carmelo Velázquez Aponte, alias “Boty”, a cadena perpetua por un robo de auto y asesinato de Richardson Mieses Pimentel.
Contra el sujeto también pesaban otros tres cargos: portar un arma durante y en relación con un delito de violencia (“carjacking”) y posesión de un arma robada, anunció la fiscal federal Rosa Emilia Rodríguez Vélez.
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El 19 de julio de 2016, Velázquez Aponte fue declarado culpable por un jurado de cuatro cargos de robo de carros, uno de los cuales incluyó el asesinato de Richardson Mieses Pimentel, cuatro cargos de uso y transporte de un arma durante y en relación con un delito de violencia, y dos cargos de posesión de un arma robada.
Durante el juicio de 14 días, el gobierno presentó imágenes y testimonios que narraron los incidentes criminales de robo y robo que el acusado perpetró contra sus víctimas.
Según el testimonio, el 18 de junio de 2011, el acusado robó el arma con licencia perteneciente a Richardson Mieses Pimental y su vehículo, y luego lo ejecutó.
Después de ese evento, Velázquez Aponte cometió otros atracos.
Durante su intento de escapar de su arresto el 20 de junio de 2011, también robó un arma de un policía y disparó a un oficial de la uniformada.
El acusado también robó una patrulla policial y participó en otros dos tiroteos con agentes de la Policía, antes de ser arrestado.
El acusado disparó las armas robadas a los agentes.