Primero atribuyó la responsabilidad a “múltiples partes”. Dos días después de las violentas manifestaciones el pasado sábado en Charlottesville, Virginia, el presidente Donald Trump decidió entonces condenar directamente a grupos neonazis y supremacistas blancos, quienes eran los organizadores de las protestas. Pero el martes, repartió de nuevo culpas “en los dos bandos”, haciendo referencia a otro grupo que –“pueden llamarlo la izquierda”– que también respondió con violencia.
Lo cierto es que, si bien hay quienes concuerdan con que hubo una respuesta violenta del sector reaccionario, la condena a los grupos neonazis y supremacistas blancos ha sido contundente y firme por parte de los principales líderes republicanos e importantes figuras, excepto Trump. La razón, una posible intención que querer salvar el voto de ese sector de la derecha extraconservadora, que es parte de la base de electores republicanos que lo llevó hasta la presidencia.
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“Trump no supo al inicio cómo reaccionar a los sucesos porque el voto supremacista blanco, racista, fue de él en las elecciones presidenciales y él quería tener una reacción que no le ahuyentara la posibilidad de ese electorado”, indicó el analista político y profesor, Ángel Rosa.
En esa misma línea opinó el estratega republicano Alfonso Aguilar, quien dijo que los cambios en las declaraciones de Trump “ayuda a crear esta percepción de que él no quiere ofender a ciertas personas en su base que son racistas”. Según Aguilar, querer salvar esa base genera otros riesgos políticos que no sólo le hacen un daño político “muy grande” al mismo Trump, sino al Partido Republicano”.
El también presidente de Latino Partnership for Conservative Principles, recordó que el próximo año Estados Unidos celebrará las elecciones de medio término, cruciales para el partido republicano mantener el poder en el Congreso.
“Daba la impresión de que estaba tratando de tirarle la toalla a algunas de las personas que participaron de esa manifestación, yo encontré eso particularmente bien preocupante
De cara a las elecciones de medio término
A juicio de Aguilar, si las elecciones de medio término del año 2018 fueran hoy día, los republicanos mantendrían la mayoría en el Congreso. Sin embargo, “a más de un año (de las elecciones) el ambiente político puede cambiar dramáticamente”.
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En ese sentido, a la Casa Blanca le faltó una estrategia de comunicaciones para atender la situación ocurrida el sábado en Charlottesville, pero no sólo eso. Según Aguilar, las acciones y declaraciones de Trump en los pasados días dejan al descubierto que el presidente no tiene “una visión política a mediano y largo plazo” y que sólo está pensando en el momento.
Por otro lado, de acuerdo al profesor Rosa, las declaraciones de Trump lo enajenan de toda posibilidad de construir alianzas fuera del voto más conservador del partido republicano y al exterior de los Estados Unidos, “especialmente en Europa, donde los issues neonazis y supremacistas todavía son muy delicados y evidentemente manda un mensaje negativo sobre el papel de Estados Unidos liderando el mundo para acabar ese tipo de prácticas indeseables”.
“Alguien que se siente cómodo manifestándose así, a la vez que es el presidente de los Estados Unidos y sabe que tiene una función que representar más allá de los confines geográficos de la Unión Americana, quiere decir que no se siente muy señalado moralmente por asumir posturas que sean condenatorias o hasta cierto punto tolerantes de las prácticas que existen todavía de racismo en los Estados Unidos y eso es fatal no solamente para la nación y el ambiente social en la nación, sino también para como se percibe a los Estados Unidos fuera en la esfera internacional”, expresó el analista político.
A diferencia de Trump, desde el sábado hasta ayer, importantes figuras republicanas como el presidente de la Cámara, Paul Ryan; el excandidato presidencial, Jeb Bush; los expresidentes George H. W. Bush y George W. Bush; y los senadores John McCain y Marco Rubio, entre otros, condenaron el racismo y los grupos neonazis y supremacistas blancos de manera contundente.
Asimismo, el presidente del Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, condenó los hechos ocurridos el sábado en Charlottesville y afirmó hoy que los mensajes de odio e intolerancia no deberían ser bienvenidos en América.
“La supremacía blanca, KKK y los grupos neonazis que trajeron el odio y la violencia a Charlottesville ahora están planeando una protesta en Lexington. Sus mensajes de odio e intolerancia no son bienvenidos en Kentucky y no deberían ser bienvenidos en cualquier parte de América”, expresó McConnell en declaraciones escritas.
“No podemos tolerar una ideología del odio racial. No hay buenos neonazis y aquellos que defienden sus opiniones no son partidarios de los ideales y libertades estadounidenses. Todos tenemos la responsabilidad de oponernos contra el odio y la violencia, donde quiera que levante su malvada cabeza”, apuntó.
Aunque el líder senatorial no mencionó el nombre del presidente, parte de sus declaraciones parecían dirigirse a Trump, quien insistió ayer en que no todos aquellos que acudieron a la convocatoria de los supremacistas blancos en Virginia son extremistas y aseguró que entre ellos hay gente “muy buena”.
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