El expresidente de la Cámara de Representantes Jaime Perelló, y su esposa Rosa Vicente, están viviendo un trago amargo a causa de las acusaciones de corrupción contra el expolítico.
No se lo deseo a nadie… lo que estoy pasando por esto. Es tiempo, esto es público, la gente va a poder ver que muchas cosas se van a aclarar en el proceso”, dijo confiado hoy a su salida de una sala del tribunal de San Juan , luego de verse unos procedimientos de la vista preliminar, que continuará el 14 de septiembre.
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“En la medida en que ya me puedo defender, que ya hay un proceso corriendo, la gente puede empezar a hacer su análisis sobre lo que es mentira y lo que es verdad. Obviamente es sumamente difícil y no se lo deseo a ninguno de ustedes que está aquí (dijo dirigiéndose a la prensa), obviamente, pero cuando uno tiene la verdad, uno tiene la tranquilidad, y obviamente hay unos planteamientos de derechos que lo hacen los abogados, pero en la medida en que el país, y ustedes la prensa que este es un proceso que lleva tanto tiempo, pueden empezar a ver a equiparar a ver la realidad”, dijo a la prensa.
De esa manera, continuó, “eso permite un análisis mas ponderado del país, que al fin y al cabo es lo que yo le pido, la posibilidad de defenderme que tengo ahora, y que todo el mundo puede hacer un análisis, como el mismo pueblo, dentro de la realidad”, dijo un poco incoherente debido a los nervios y la voz por instancias quebrada.
Este reiteró que “no he cometido ningún acto ilegal. La verdad es la verdad, no hay otra, no hay dos, no hay tres verdades. De que por eso es difícil, claro que es difícil”.
Por su parte, su esposa Rosa Vicente aseguró que “estamos muy confiados. Como siempre, la fe puesta en Dios y la confianza en Jaime, como siempre la hemos tenido, y aquí estaremos hasta el final, hasta donde Dios nos lleve”.
Sobre sus emociones como esposa del político denunciado, dijo que es “duro, claro. Pero vamos a salir airosos”. Dijo que sus hijos conocen y confían en su padre.