Mike Signer, alcalde de Charlottesville, calificó hoy el atropello intencional provocado la víspera por un conductor blanco que arrolló a una multitud de manifestantes en esa ciudad de Virginia de un “ataque terrorista con un automóvil usado como arma”.
En una entrevista para el programa “Meet the Press” de la cadena NBC, Signer, lamentó que el ataque matara a Heather Heyer, de 32 años, además de herir a decenas más, muchas de las cuales fueron hospitalizadas. Esas personas estaban protestando de forma pacífica por la presencia de white supremacists que se habían reunido en la ciudad para una manifestación. Los white supremacists se congregaron condenar la decisión de la ciudad de quitar una estatua del general confederado Robert E. Lee.
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El alcalde Signer atribuyó lo sucedido a las graves divisiones políticas que aquejan a Estados Unidos. Ayer denunció “esta triste y lamentable amargura en nuestro discurso político”.
Felicia Correa, una amiga de la mujer muerta en Charlottesville dijo hoy que su deceso no es diferente al de una víctima de la guerra. Dijo que su amiga murió de pie por la gente de color.
Correa dijo que Heyer y otros contramanifestantes pusieron sus vidas en el frente para enfrentar el odio de la intolerancia. Explicó que no ve la diferencia entre Heyer o alguien que haya muerto en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. También dijo que atropello de ayer contra manifestantes pacíficos también fue un ataque terrorista.
Correa dice que creció con Heyer y que ha creado un fondo para recaudar dinero para su familia.
El conductor del automóvil, James Alex Fields Jr. fue acusado de asesinato no premeditado y otros cargos. A bordo de su sedán Dodge Challenger arrojó a varias personas por el aire. Los que quedaron de pie se esparcieron y corrieron gritando en busca de refugio.
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Las autoridades de la ciudad indicaron que 19 personas resultaron heridas por la colisión del vehículo y que se brindó asistencia a 35 personas en total.
Fields, un residente de Ohio de 20 años de edad, fue acusado de homicidio en segundo grado, tres cargos de heridas con dolo, y un cargo de abandonar el lugar de los hechos. Se programó para el lunes su audiencia de fianza.
También ayer, un helicóptero de la policía estatal de Virginia, que las autoridades indicaron que asistía con la seguridad del mitin, se desplomó justo a las afueras de Charlottesville, incidente en el que murieron el piloto y un teniente policial.
El caos surgió en lo que se cree es la mayor reunión de nacionalistas blancos en una década: el gobernador declaró el estado de emergencia, la policía con equipo antimotines ordenó a las personas que despejaran la zona y los helicópteros sobrevolaron el área.
La agitación comenzó el viernes en la noche, cuando los nacionalistas blancos portaron antorchas por el campus universitario en lo que fue descrito como una manifestación “pro blanca”.
La violencia no tardó en aparecer ayer en la mañana. Cientos de personas lanzaron golpes, arrojaron botellas de agua y sustancias químicas. Al menos ocho personas resultaron lesionadas y una más fue arrestada en relación a esos incidentes.
El bloguero de extrema derecha Jason Kessler había convocado a lo que definió como un mitin “pro blanco” en Charlottesville. Los nacionalistas blancos y sus opositores promovieron el evento durante semanas.
Oren Segal, quien dirige el Centro Sobre Extremismo de la Liga Antidifamación, dijo que varios grupos de white supremacists se reunieron en Charlottesville, incluidos miembros de organizaciones neo nazis, grupos de cabezas rapadas racistas y facciones del Ku Klux Klan (KKK).