Alrededor de un centenar de residentes de Barcelona protestaron el sábado en la playa de la ciudad española contra el crecimiento descontrolado del turismo de masas en ese destino vacacional, uno de los más populares de Europa.
Alegan que la afluencia de turistas ha incrementado el precio de los alquileres —obligando así a los residentes de mucho tiempo a abandonar el centro de la ciudad— y haciendo que aumente el comportamiento ruidoso e incívico de algunos extranjeros que llegan para divertirse.
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Muchos de los manifestantes del barrio costero de Barceloneta vestían camisetas amarillas con el lema en catalán “La Barceloneta no está a la venta”. Colocaron algunas pancartas en la arena, incluso una grande que leía en inglés “No queremos turistas en nuestros edificios. Esto no es un complejo de playa”.
A medida que Barcelona alcanza su máxima afluencia de turistas este mes, su playa ha sido invadida por bañistas. Un hombre seguía dormido sobre una toalla mientras los manifestantes protestaban a pocos metros el sábado. La protesta fue organizada por un grupo de residentes bajo el lema “¡Recuperemos la playa para todos!”.
El ayuntamiento de Barcelona ha respondido a la afluencia turística buscando frenar el crecimiento de alquiler particular a turistas a través de plataformas en línea como Airbnb.
La ciudad vive un clima de creciente tensión entre las autoridades y grupos de izquierda radical que lanzaron una campaña de vandalismo contra el turismo de masas en Barcelona y en otros puntos del país. Los radicales bloquearon un tour turístico en autobús, sabotearon las bicicletas de alquiler que usan los turistas con frecuencia y grafitearon mensajes como “Tourist Go Home” (Turistas váyanse a casa) en los inmuebles de la ciudad.
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El primer ministro español, Mariano Rajoy, ha criticado a los grupos de extrema izquierda, diciendo que su protesta contra un sector turístico que representa el 11% del producto interno bruto del país es un contrasentido.
España, que tiene 46 millones de habitantes, recibió 75,3 millones de turistas en 2016. La cifra de visitantes se incrementó un 12% en los seis primeros meses de este año.
De acuerdo con el diario El País, en lo que va de este año al menos siete hoteles de Barcelona han sufrido ataques vandálicos por parte de grupos de izquierda anticapitalista que denuncian la sobreexplotación turística.