El gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, declaró hoy un estado de emergencia luego de que cientos de personas se enfrentaron en la ciudad de Charlottesville en el marco de un acto nacionalista blanco que se esperaba que atrajera grupos racistas, clasistas y del Ku Klux Klan (KKK).
McAuliffe tuiteó que tomó la decisión a fin de “ayudar al estado a dar respuesta a la violencia” durante la manifestación en Charlottesville, a unos 100 kilómetros de Washington DC.
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Manifestantes de los grupos denominados white supremacists y los del grupo Black Lives Matter y otros contraprotestantes gritaban insultos y consignas, lanzaban golpes y botellas de agua unos a otros el sábado por la mañana. Hombres con ropa de camuflaje portaban abiertamente armas largas y escudos.
Es la confrontación más reciente en la ciudad desde que a principios de año votó a favor de retirar una estatua del general de la confederación Robert E. Lee de un parque del centro de la ciudad.
El bloguero de ultraderecha Jason Kessler convocó a un acto “pro blanco” en protesta por la decisión del municipio de retirar la estatua del general de los llamados Estados Confederados de América, que se separaron del resto de la unión entre 1861 y 1865. Algunos ven al general y su estatua como un símbolo de racismo, intolerancia y esclavitud.
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También hubo peleas el viernes por la noche cuando cientos de nacionalistas blancos realizaron una marcha con antorchas a través del campus de la Universidad de Virginia. Un vocero de la universidad dijo que una persona fue arrestada y varias sufrieron heridas.