El representante del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Denis Márquez Lebrón, advirtió el viernes al Gobierno sobre las “nefastas” consecuencias sobre la economía del país de imponerse una reducción en la jornada laboral.
“La reducción en la jornada laboral, como se propone en Puerto Rico, es para reducir el pago de nómina que hace el gobierno a los empleados, como una medida de ahorro que sólo beneficia al patrono y a los grandes intereses que representan a los bonistas en perjuicio al trabajador y a la economía” expresó Márquez Lebrón en declaraciones escritas.
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Este recordó además que la reducción en la jornada laboral vendría supuestanente precedida por todas las leyes dictadas por la Junta de Control Fiscal (JCF) y aprobadas bajo la actual administración que ya han “menoscabado” los derechos y beneficios de los y las trabajadoras, lo que empeoraría la calidad de vida de un sector amplio del país.
“La extensión de la Ley 66 del Partido Popular, la reducción a sus cubiertas de plan médico y beneficios marginales, la ley del empleador único, entre otras, todas menoscaban los derechos de las y los trabajadores así como su futuro. Todas estas leyes fueron mandatos que la Junta de Control ordenó y que el Gobierno obedeció. La reducción en la jornada laboral es un dictamen más de la Junta y, a juzgar por toda la legislación aprobada en la pasada sesión legislativa, seguramente será puesta en marcha por la actual administración. Esta reducción impactará no sólo el salario de los empleados públicos sino que, tendrá además, consecuencias desastrosas en miles de familias, en la salud, la educación y el bienestar social”, afirmó.
Al mismo tiempo, el también Portavoz del PIP en la Cámara de Representantes alertó sobre el efecto adverso en la economía de Puerto Rico de disminuirse la jornada laboral.
“Si reduces el salario neto de los empleados públicos, se reduce en la misma proporción la capacidad de compra de un gran sector laboral del país. Esta reducción en el gasto de consumo personal a nivel agregado traerá consecuencias como la agudización de la recesión, cuyo final dependerá precisamente de que aumente el gasto de consumo personal y, también, se reducirán las ventas al detal, tanto de bienes como de servicios, porque un gran sector de la población tendrá menos dinero para gastar”, aseguró.
Señaló también que como parte del efecto multiplicador, habrá menos recaudos del IVU debido a la reducción en ventas lo que impactaría, a su vez, la reducción de los recaudos totales de Hacienda.