El Observatorio de Arecibo, municipio situado en la costa norte de Puerto Rico, detectó señales de radio desconocidas provenientes de una estrella roja situada a once años luz del Planeta Tierra.
La publicación digital “The Verge” dio a conocer en una información divulgada esta semana que científicos del Observatorio de Arecibo, uno de los más importantes del mundo, detectaron por vez primera las señales durante el pasado mes de mayo.
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Los astrónomos, que habitualmente observan estrellas rojas de la mitad del tamaño que el Sol y menos calientes, registraron las señales de radio con origen junto al lugar en que se sitúa una estrella bautizada como Ross 128.
La información detalla que por ello se entiende que las señales tienen su origen en la profundidad del Universo, en las cercanías de la Ross 128.
Sin embargo, las señales no son las que los astrónomos esperarían de un estrella, según la opinión Abel Méndez, director del Laboratorio Planetario en el Campus de Arecibo de la Universidad de Puerto Rico.
El científico señala que las señales pudieran proceder de destellos solares con origen en Ross 128, pero las ondas radiales de destellos se producen en frecuencias más bajas que las detectadas en el Observatorio de Arecibo.
También baraja la posibilidad de que tengan su origen en algún satélite en órbita alrededor de la Tierra, aunque no es lo más probable, dado que nunca antes un satélite había producido una señal de esta naturaleza.
De lo que sí está seguro es de que las señales tienen su origen en el espacio profundo, dada su estructura.
Méndez indicó que las señales provienen de diferentes frecuencias y llegan a la Tierra en momentos diferentes.
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Matizó que la señales de Ross 128 dieron evidencia de haber viajado mucho tiempo a través del espacio, ya que una onda que viaja hacia la Tierra se encontrará con pequeñas partículas en el espacio interestelar, lo que hace que se ralentice.
Es un efecto conocido como dispersión, y se vuelve más pronunciado cuanto más tiempo una señal ha estado viajando a través del espacio, dijo.
La señal de Ross 128 no se corresponde con una fuga solar anterior, por lo que podría ser un tipo totalmente nuevo de llamarada solar nunca antes visto.
Por supuesto, según comentó Méndez, siempre existe la tentadora opción de atribuir el hecho a los alienígenas, tal y como se hace en las ocasiones en las que no hay explicación clara para ciertos hechos científicos.
El pasado fin de semana Méndez y su equipo en Arecibo tuvieron la oportunidad de observar de nuevo a la estrella, dos meses después de que se detectaran las primeras señales.
El equipo investiga las señales y espera tener nuevos detalles este fin de semana o a principios de la próxima semana.
Son optimistas sobre el hecho de que la información recibida hasta ahora les ayudará a analizar de dónde viene la señal.