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Choferes P.R. blanco de engaño en Texas

Puertorriqueños radicados en esta ciudad, revelan las artimañas de empresas EE. UU. que vienen a la isla a reclutarlos

Las denuncias de discrimen y malos tratos del que son víctimas algunos puertorriqueños que aceptan trabajos con empresas en Estados Unidos no solo se ciñen al área de la agricultura, pues trabajadores de una empresa de transporte en El Paso, Texas, aseguran que esa situación la enfrentan casi a diario y que no la denuncian por temor a no conseguir empleo con compañías similares.

Uno de ellos es el boricua José Rivera, quien contó que un 14 de febrero salió de Puerto Rico con destino a Maryland luego de aceptar una oferta de empleo con Mesilla Valley Transportation, una empresa que vino a la isla a reclutar choferes con  promesas de buena paga, plan médico, gastos del pasaje de ida y “hasta ayuda financiera” para obtener el permiso de conducir vehículos pesados en Estados Unidos.

Desde el lobby de un motel en El Paso, Texas, donde hace sus paradas de descanso luego de conducir por espacio de 11 horas, Rivera dijo a Metro que la empresa le ofreció trabajo constante a una paga inicial de 18 centavos la milla, que posteriormente subiría a 25 centavos.

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Al llegar “todo el mundo se les iba. Eso fue un engaño. No ganábamos bien. Esa fue la realidad. Entramos aquí, sacamos licencia y estuvimos un mes, mes y medio, parados sin ganar dinero”, dijo Rivera, al confesar que hubo compatriotas que vinieron con él en el mismo vuelo y que, a consecuencia de las promesas incumplidas por la empresa, perdieron sus matrimonios y sus casas en Puerto Rico.

De forma similar se expresó José Francisco Pizarro Jiménez, quien, asfixiado por las deudas, dejó su empleo en Puerto Rico como auxiliar de farmacia en el Hospital Pediátrico en Centro Médico, donde ganaba $560.00 quincenales (tras deducciones), para también ser parte de la conocida empresa de transporte.

“Te ofrecen una cantidad de millas, y, cuando sacas el equivalente de esas millas, son como $1,300 que se supone te ganes en la semana, cosa que después que empiezas se incumple”, dijo.

“Si no hay mayores entradas de dinero, ¿qué hace el puertorriqueño? Pues se va o busca otras compañías. Tuve infinidades de compañeros que terminaron regresando a la Florida y muchos de ellos a Puerto Rico”, mencionó Pizarro, quien agrega que, aunque la situación se corregía cuando hacían los reclamos, la empresa —que no devolvió las llamadas de Metro— volvía con el patrón.

“Entonces ahí queda como que el puertorriqueño es malo, que al puertorriqueño le gusta pelear, que le gusta quejarse, pero si es que me estás incumpliendo lo que tú me prometiste”, sostiene el hombre que dejó en Puerto Rico esposa e hijos, a quienes les envía un promedio de $700 a la semana.

Puertorriqueños, segunda población latina más discriminada en EE. UU.

La situación de discrimen que enfrentan los boricuas en Estados Unidos no es una sorpresa para Juan Cartagena, presidente y director jurídico de Latino Justice, organización de derechos civiles con sede en Nueva York.

“No me sorprende. Es una lástima admitir que la promesa de igualdad de tratamiento para los ciudadanos en este país no es una realidad, pero tampoco para la comunidad afroamericana… Lo que sí es triste admitir es que nuestros compatriotas de Puerto Rico piensan que pueden venir para acá y fácilmente conseguir trabajo y ser tratados al igual que otra persona. Tienen una perspectiva de que este es el mundo dorado”, sentenció el abogado natural de Puerto Rico, quien destacó, además, que los puertorriqueños, a pesar de tener la ciudadanía americana por nacimiento (2 de marzo de 1917), son la segunda población latina más discriminada en Estados Unidos.

El tema de la discriminación al que están expuestos muchos puertorriqueños en Estados Unidos es un tema que se discute desde hace muchas décadas y que toma relieve en la medida en que aumenta la migración de criollos a la nación americana, en este caso, a Florida, Texas, Pennsylvania, Nueva York y Massachusetts, por mencionar los primeros cinco estados de mayor asentamiento de puertorriqueños en el 2015, según el Censo federal de ese año.

Alza en migración reaviva el tema del discrimen

El historiador Mario Ramos destacó que en el devenir histórico Puerto Rico ha experimentado varias etapas de alta migración boricua a Estados Unidos, algunas propiciadas por el propio gobierno de turno.

“Primero hubo una en el 1902, cuando salieron del puerto de Guánica y llegaron a Hawái. En la década del 30 y del 20 hubo migración de puertorriqueños. Luego de la Segunda Guerra Mundial se dispara la migración, que da pie a la creación de una oficina del Departamento del Trabajo y el gobierno que como política pública fomentaba la migración de puertorriqueños para tratar de controlar la población. La tasa de natalidad era altísima; la tasa de mortalidad venía bajando, y los trabajos que se creaban no podían satisfacer la cantidad de personas que estaban en búsqueda de empleo”, destacó el también abogado.

Agregó que los escenarios que propician las fugas masivas de boricuas a Estados Unidos son los mismos que estamos viendo hoy día: falta de empleo.

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