La primera reunión cara a cara entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin ha generado expectativas mixtas, aunque la Casa Blanca aclaró que no se ha establecido una “agenda específica” del encuentro bilateral. Entonces, ante la ausencia de una lista de temas, ¿de qué hablarán dos líderes mundiales conocidos por ser imprevisibles?
Mientras prosiguen las investigaciones sobre la supuesta intromisión de Rusia en las elecciones del año pasado en Estados Unidos, Trump y Putin se reunirán el viernes al margen de la cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania. Los dos, por separado, han negado cualquier interferencia electoral, pero los investigadores en Estados Unidos aún no llegan a esa conclusión.
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No hay indicios de que Trump trate de tocar el tema en su reunión, pero si no lo hace, dará combustible a los críticos que dicen que ignora descaradamente una amenaza importante a la seguridad nacional. También podría envalentonar a aquellos que dicen que está tratando de cubrir a los rusos.
Ambos gobiernos tienen una lista larga de quejas mutuas que no llegan al nivel geopolítico pero impiden intentos para coordinarse en asuntos más amplios.
Por ejemplo, Moscú pide que le devuelvan dos propiedades que posee en Estados Unidos y que fueron decomisadas por el gobierno de Barack Obama como castigo por su intromisión en las elecciones de 2016. Otra demanda rusa es que se reduzca la vigilancia de los servicios de inteligencia a sus diplomáticos en Estados Unidos.
Washington tiene su propia lista, encabezada por su solicitud de que se reanuden las adopciones de niños rusos por parte de padres estadounidenses, una práctica que Rusia prohibió a finales de 2012. Pide también que acabe con lo que considera el hostigamiento hacia los diplomáticos estadounidenses y otros funcionarios en Rusia.
En cuanto al tema de Ucrania, Moscú ha buscado desde hace mucho que Estados Unidos alivie las sanciones económicas que le impuso por sus acciones en el este ucraniano y por la anexión de Crimea.
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Uno de los temas donde podría haber más acercamientos es el de Siria, donde tanto Moscú como Washington se oponen al grupo Estado Islámico pero difieren sobre su apoyo al presidente sirio Bashar Assad. Putin ha estado presionando a Estados Unidos para que coopere militarmente con Rusia en Siria.
Los problemas por la falta de coordinación en Siria resurgieron recientemente, luego de que Estados Unidos derribó varios aviones de las fuerzas que apoyan al gobierno sirio. Rusia amenazó entonces con derribar cualquier avión que vuele al oeste del río Éufrates.
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