LA HABANA -La nueva política del presidente Donald Trump hacia Cuba está generando ganadores y perdedores: Las agencias de viajes que programan tours esperan aumentar su negocio, pero los dueños de hosterías y cuartos de alquiler cubanos afirmaron que están perdiendo dinero.
Cinco de 12 arrendadores privados de La Habana y la ciudad colonial de Trinidad, al sur de la isla, dijeron a la Associated Press que hubo cancelaciones de reservas tras el anuncio de Trump del 16 de junio.
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“Es una contradicción que él dice que quiere ayudar a la sociedad civil, al pueblo cubano, pero lo que está haciendo es perjudicando, en este caso a los arrendadores”, dijo a la AP Tony López, dueño de un apartamento en el que alquila tres cuartos a turistas, ubicado en el Vedado habanero a donde una habitación cuesta entre 30 y 50 dólares la noche dependiendo de la temporada y las condiciones.
Entre los que cancelaron reservas figuran dos estadounidenses alarmados por los requisitos legales, como el de que deben tener comprobantes de todos los gastos.
“Recibimos mucho turismo estadounidense. Estamos alarmados. Las cancelaciones para lo que resta de junio y julio son significativas”, explicó a la AP, Eliset Ruiz, una encargada del Hostal Lola de Trinidad que gestiona nueve habitaciones y en el pasado tuvo que recurrir a usar seis pertenecientes a sus vecinos pues no daba a basto.
Alex Bunten, de Charlotte, Vermont, esperaba viajar a Cuba con su novia en agosto “sin verte forzado a usar los tours en grupo, los programas fijos y todo eso. Nos gusta manejarnos a nuestro ritmo, comer bien, no estar detrás de un guía con un paraguas”.
Pero Bunten desistió de ir porque bajo las nuevas normas, solo agencias de viaje autorizadas pueden llevar estadounidenses a Cuba en viajes para promover el contacto de “persona a persona”. “Demasiadas complicaciones”, dijo Bunten.
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¿BOOM DE LOS TOURS EN GRUPO O CONFUSIÓN PÚBLICA?
Las agencias de viaje que organizan tours “deberían estar brindando con champagne” por la nueva política, sostuvo John Caulfield, ex jefe de misión de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana y cofundador de la Fundación Innovadores, sin fines de lucro, que promueve la innovación en Cuba.
En teoría, las nuevas normas deberían provocar “un aumento en la demanda”, dijo el director ejecutivo de Acces Trips Tamar Lowell. Pero mucha gente “se sentirá confundida por la nueva política”, asumiendo erróneamente que no se puede ir a Cuba, acotó.
“Las agencias de viaje van a tener que asegurarse de que la gente sabe que se puede viajar”, indicó Caulfield.
“¿Va a disminuir la demanda?”, preguntó el presidente de Classic Journeys Edward Piegza. “Tal vez. Pero podría beneficiarnos”.
LA PROHIBICIÓN DE HACER NEGOCIOS CON LOS MILITARES
Las nuevas normas prohíben hacer negocios con entidades controladas por los militares y las agencias de inteligencia cubanos, incluidos unos 50 hoteles.
Muchas agencias de viajes dicen que eso no es un problema porque usan viviendas y restaurantes privados, así como guías y otro personal locales.
Caulfield afirmó que los hoteles a los que no pueden ir los estadounidenses pueden recibir turistas de otros países, liberando habitaciones para los estadounidenses que viajan con tours.
Los propietarios de pequeñas hosterías, por otro lado, forman asociaciones informales para acomodar a grandes grupos de estadounidenses en varias casas.
Piegza indicó que el costo de los alojamientos subió el año pasado pero ya empezó a bajar, permitiendo que Classic Journes reduzca sus precios de 4,995 dólares por cuatro días a 3.995 dólares.
Lowel estima que los precios podrían fluctuar en cualquier dirección. Al viajar menos estadounidenses en forma individual, habrá más disponibilidad de alojamientos privados, lo que haría bajar los precios. Pero si las agencias de viaje que organizan tours y no tienen acceso a los hoteles controlados por los militares empiezan a usar las viviendas privadas, los precios podrían mantenerse altos.
El tema de los hoteles no afecta a los cruceros porque la gente duerme en el mismo barco.
Carnival Corp, por otro lado, asegura que ya está cumpliendo con las nuevas normas incluso en tierra firme. “Muchos de nuestros tours actuales fueron armados incluyendo operaciones pequeñas, familiares, para que nuestros clientes tengan una experiencia cubana auténtica”, manifestó el portavoz de Carnival Roger Frizzell.
Otros están reestructurando sus recorridos. “Tuvimos que reorganizar nuestro tour para mujeres en Cuba”, dijo Phillis Stoller, de The Women’s Travel Group, que programa un viaje para el 15 de marzo. “La agencia de viajes original planeaba visitas a zonas rurales que aparentemente están controladas por los militares”.
Emprendedores privados, por otro lado, temen que el gobierno no permita que las agencias de viajes dejen de usar hoteles estatales y empiecen a emplear el sector privado, al menos no sin cobrar una fuerte comisión.
En la década que pasó desde que el presidente Raúl Castro empezó a admitir cierto nivel de actividad privada, el gobierno ve a los emprendedores como aportes vitales al crecimiento económico y al mismo tiempo como competidores peligrosos que pueden perjudicar los negocios estatales. Dado que se exige a los tours usar autobuses y guías oficiales, el gobierno controla sus movimientos y exige a muchos negocios privados que reciben grupos de turistas que firmen contratos con comisiones para el gobierno.
Las visitas a atracciones turísticas como la casa de Ernest Hemingway y el nightclub Tropicana no deberían ser afectadas por las nuevas normas de Estados Unidos, dado que no son manejadas por los militares.
EL APOYO AL PUEBLO CUBANO
El senador estadounidense Marco Rubio, de origen cubano y quien apoya las restricciones a los viajes, planteó que los viajes independientes deberían continuar. Dijo en un tuit que las nuevas reglas permiten viajes individuales a Cuba “al amparo de la categoría de Apoyo al Pueblo Cubano” siempre y cuando se usen “alojamientos de propiedad privada”.
Eso es alentador para firmas como ViaHero, que crea recorridos personalizados y conecta a los estadounidenses con artistas, empresarios y otras personas en Cuba. El director ejecutivo de ViaHero Greg Buzulencia cree que su firma podrá operar al amparo de la categoría de “apoyo al pueblo cubano” porque sus recorridos “comienzan con conversaciones y promueven los negocios y las actividades independientes” en Cuba, al margen de la esfera gubernamental.
El modelo de ViaHero, por otro lado, es más barato y se puede viajar a La Habana por tan solo 400 dólares la semana, más una tarifa de 25 dólares diarios para planificación, comparado con los 5.000 dólares a la semana que cuestan los tours en grupo.
Chad Olin, presidente de Cuba Candela, dice que los tours de “persona a persona” cumplen con las nuevas normas porque todos los alojamientos, los conductores, los restaurantes y las actividades culturales son programadas con el sector privado cubano. Pero también opina que los estadounidenses pueden viajar por su cuenta al amparo de la categoría “apoyo al pueblo cubano”, siempre y cuando usen negocios privados y mantengan contactos significativos con los cubanos.