Una medida senatorial de la autoría de Zoé Laboy trajo nuevamente a la palestra pública el debate sobre la equidad de género. El Proyecto 171 de la Cámara alta iniciaría un programa piloto en diez escuelas del país para implantar un currículo que fomente la equidad y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
La pieza también solicita que se revisen las políticas y programas destinados a promover la equidad de género en el aprendizaje. Además, hace deber ministerial de la secretaria de Educación radicar un informe a los cuerpos legislativos en el que indique el progreso e implantación de esta iniciativa y de los resultados que se generen.
No obstante, la legislación propuesta ha generado preguntas entre varios sectores del país, que han confundido el concepto equidad de género con el de perspectiva de género.
Aunque textualmente puedan ser parecidos, la exprocuradora de la Mujer, María Dolores Fernós, aclaró que la equidad de género significa que se deben tomar en cuenta las diferencias entre ambos géneros para crear política pública, en aras de que haya igualdad de oportunidades.
La perspectiva de género, por otra parte, es entender que las personas identifican a la mujer y al hombre con roles específicos que no son inherentes a su sexo, sino que son “socialmente impuestos”, destacó Fernós.
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“El término más amplio y que puede hacer mejor justicia es el de perspectiva de género porque incorpora que no sea solo lo que hemos conocido hasta ahora de la norma hombre y mujer, sino que considera todas las diferencias y las diversidades que hay entre los hombres y las mujeres”, afirmó.
“Las nenas no nacen rosas y los nenes azules, sino que se van introduciendo unas visiones que limitan lo que cada persona realmente es”, concluyó.