La flor del cannabis, eje de la discusión de la legislación sobre la medicalización de la marihuana, debe ser incluida en la ley de manera que pueda gozar de las regulaciones y así salvaguardar la salud de los ciudadanos, según estableció la psicóloga industrial Ginette Collazo.
En medio del debate en torno a la oposición para que la flor sea aprobada como una de las presentaciones del medicamento, Collazo defendió la inclusión de la forma original de la planta en el proyecto de ley que se espera que en los próximos días se apruebe en la Legislatura.
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“La flor es lo más barato, la más fácil de obtener, la parte más sublime, es la manufactura más fácil y más barata”, expuso la especialista en cumplimiento regulatorio y reducción de error humano en entrevista con Metro. Señaló que, si se deja fuera de la medida, la gente no va a poder pagar las otras formas de medicamento lo que abre espacio a que los pacientes acudan al mercado ilegal.
“En vistas públicas, lo que yo escucho es que eso se está haciendo para salvaguardar la salud de los pacientes en Puerto Rico. Sin embargo, queremos quitar la flor para nosotros no tener ningún control sobre los fungicidas y pesticidas que se usan porque la gente va a ir al mercado negro”, manifestó Collazo, al argumentar que el comercio clandestino ha aumentado y la gente tiene menos miedo en acudir porque ahora el cannabis es “socialmente aceptado”. Recordó que por años estuvo en contra del cannabis medicinal, pero cambió de opinión luego de educarse sobre el tema.
Detalló que, aunque el aceite y los comestibles tienen beneficios, “la flor le permite a la persona hacer otras cosas” de manera que diversifica sus usos, por ejemplo, prepararla en mantequilla, vaporizarla, entre otros usos. “La flor es el medicamento. Lo demás es procesar el medicamento para hacer cera, aceites, cualquiera de las presentaciones, crema”, detalló la psicóloga industrial que ofrece consultoría en el área de manufactura del cannabis.
“Uno de los temores de la flor es que se fume. En eso estoy de acuerdo, pero no es nada con el cannabis, es más la combustión del papel. Pero existen vaporizadores que se pueden usar”, reconoció.
Un aspecto del proyecto en el que Collazo tiene reparos es que se exige que “los técnicos de dispensario sean farmacéuticos y eso trae otra serie de situaciones porque el farmacéutico tiene una serie de especialidades que lo hace que tenga que pagar más. Eso lo hace oneroso al dispensario”. En cambio, propone que sea un técnico de dispensario cualificado en los cursos que el Departamento de Salud apruebe.