Frente a la discoteca Pulse en Orlando el tiempo se ha detenido. Aunque el próximo lunes, 12 de junio, se conmemora un año del peor ataque terrorista en Estados Unidos luego del 11 de septiembre de 2001, para los se han dado cita allí estos días el sentimiento de nostalgia y tristeza es tan intenso como la madrugada de los hechos.
“No hay palabras para explicarlo, realmente muy fuerte el impacto, el dolor, y no solamente ese día, el dolor cada vez que uno se acuerda llega muy adentro”, expresó Abigail Andino, quien se encuentra de visita en Orlando.
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“Nuestra comunidad fue impactada grandemente, especialmente la comunidad puertorriqueña. Todo lo que ha sucedido, nos ha llegado bien adentro y estoy aquí para eso, para darle mi tiempo y unirme a las familias, a ese dolor tan grande, que nos abarca con esta tragedia”, compartió la puertorriqueña residente de San Juan.
La ciudad de Orlando se prepara para una serie de eventos durante todo el fin de semana, para conmemorar y honrar a las 49 víctimas fatales del también crimen de odio en Pulse –23 de ellas de ascendencia boricua–, así como a sus familias y los sobrevivientes.
En medio del dolor que aún los ahonda, una residente de Orlando también relató a Metro cómo la ciudad se ha transformado de manera positiva a partir de los hechos de la madrugada del 12 de junio del 2016.
“Me siento muy orgullosa de Orlando por cómo hemos crecido en positivismo y lo hemos puesto sobre el odio, lo hemos puesto sobre el coraje. Por supuesto la tristeza sigue ahí, fue horrible lo que pasó, aún así es un movimiento hermoso, la gente unida”, apuntó Chimene Hurst.
La también cofundadora del proyecto “Inspiration Orlando”, recordó la mañana en que la tragedia los despertó, en su caso, a sólo unas cuadras del lugar de los hechos.
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“Desperté como muchos otros con muchos mensaje de texto en mi teléfono, tengo muchos amigos en la comunidad LGBTT. Un amigo muy cercano fue quien me hizo saber que algo horrible había pasado en Pulse”, relató.
“ Soy madre de 4. Desperté y estaba simplemente en estupefacta al tiempo que los números de fallecidos seguían subiendo. Recuerdo haber visto 10 muertos, luego 20 y dije ‘oh Dios, como puede haber 20 personas, cómo pudo suceder algo así’, y luego subió a 30, a 40 y simplemente se sentía como una pesadilla”, continuó Hurst.
Para ella, honrar las víctimas del ataque en Pulse ha significado sanar, pero también crecer, sobretodo como comunidad. Orlando es mucho más unido ahora, luego del 12 de junio de 2016, aseguró.
“He estate en Pulse muchas veces desde que esto sucedió y se siente como si fuera mi segunda casa en muchas formas. La energía aquí es muy intensa y la gente que viene aquí por primera vez todos comparten ese sentimiento de que siente muy intenso. Hay tristeza, yo he podido moverme sobre la tristeza honrando estas almas y les agradezco y les doy gratitud por su sacrificio aquel día”, expresó.