Una potente explosión sacudió hoy en la mañana una protegida zona diplomática en Kabul, causando al menos 80 muertos, unos 350 heridos y una enorme nube de humo que cubrió parte de la capital afgana.
El objetivo del ataque, que según funcionarios se perpetró con un coche bomba, se desconocía por el momento, pero según Ismail Kawasi, vocero del Ministerio de Sanidad, la mayoría de las víctimas eran civiles, incluyendo mujeres y niños.
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Este fue uno de los peores ataques en la ciudad desde la retirada de las fuerzas extranjeras a finales de 2014.
Imágenes de Prensa Asociada tomadas en la zona mostraron importantes daños en la sede diplomática de Alemania y en otras cercanas. Por el momento se desconoce si entre los fallecidos hay diplomáticos extranjeros, pero Alemania y Pakistán señalaron que algunos empleados y personal de las embajadas resultaron heridos.
Fuerzas de seguridad frente a la embajada alemana después de la explosión masiva, en Kabul, Afganistán, que dejó al menos 80 muertos y varios cientos de heridos, el miércoles 31 de mayo de 2017. / Foto: AP
La explosión se registró en el punto álgido de la hora pico de la mañana, con las carreteras llenas de trabajadores que se dirigían a sus puestos. Al parecer, el coche bomba estalló cerca de una transitada intersección en el distrito de Wazir Akbar Khan, señaló Najib Danish, viceportavoz del Ministerio del Interior.
El vecindario está considerado la zona más segura de Kabul, con embajadas extranjeras protegidas por docenas de muros contra explosiones de tres metros (10 pies) de alto y oficinas gubernamentales custodiadas por policías y fuerzas de seguridad nacionales. La embajada de Alemania, el Ministerio de Exteriores y el palacio presidencial están en la zona afectada, así como las legaciones diplomáticas de Gran Bretaña y Canadá, China, Turquía e Irán.
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Televisoras locales emitieron imágenes que mostraban a residentes aturdidos y cubiertos de sangre caminando con dificultad antes de ser trasladados a hospitales. Los transeúntes se detenían para ayudar a los heridos a entrar en sus propios coches mientras otros se congregaron en el exterior del cercano Hospital de Emergencias, gestionado por Italia.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría de ataque suicida. Tanto los talibanes como el grupo extremista Estado Islámico perpetraron ataques a gran escala en la ciudad antes.
Los talibanes emitieron más tarde una declaración desvinculándose del incidente y criticando los ataques a civiles. Zabihullah Mujahid, vocero del grupo, manifestó que la explosión “no tiene nada que ver con la muyahidines del Emirato Islámico”, como se hacen llamar los talibanes.
A pesar de su reivindicación de que solo luchan contra el gobierno de Kabul y las fuerzas extranjeras presentes en el país, la mayoría de las víctimas de sus ataques han sido civiles.
A través de un comunicado, el Ministerio de Interior afgano condenó “en los términos más contundentes el ataque terrorista”.
“Estos actos atroces van contra los valores de la humanidad, así como los de los afganos de paz”, agregó el Ministerio de Interior en las declaraciones escritas. “Estos ataques muestran también el nivel extremo de atrocidad de los terroristas contra civiles inocentes”.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, condenó enérgicamente el incidente, que se produce unos días después del inicio del mes sagrado del islam. “Incluso en el mes sagrado musulmán del Ramadán, el mes de la bondad, la bendición y la oración, los terroristas no paran de matar a nuestro pueblo inocente”, dijo el mandatario, citado en una nota de su oficina.
Comunidad internacional reporta daños y condena el ataque
El ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, destacó que un número no especificado de empleados de la embajada del país en Kabul resultaron heridos en la explosión, y que un guarda de seguridad que custodiaba el exterior del inmueble falleció. La plantilla del puesto diplomático está a salvo y ofreció sus condolencias a la familia del agente muerto, agregó.
Por su parte, Pakistán se sumó a la condena y su ministerio de Exteriores señaló que “la explosión causó daños en las residencias de algunos diplomáticos y personal paquistaníes, que vivían en las inmediaciones, y provocó lesiones menores a algunos”.
El ministerio de Exteriores de China explicó que su delegación en la capital afgana sufrió daños parciales y que todo el personal y los ciudadanos chinos en el país estaban “sanos y salvos”.
La explosión fue tan potente que más de 50 vehículos quedaron destrozados o dañados.
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Las ventanas de tiendas, restaurantes y otros edificios quedaron destrozadas en un radio de hasta un kilómetro (media milla).
“Hay un gran número de víctimas, pero no sé cuántas personas están muertas o heridas”, apuntó un testigo de lo sucedido, Gul Rahim.
Kawasi señaló que los heridos fueron ingresados en distintos hospitales de la ciudad.
Poco después de la explosión, las fuerzas de seguridad bloquearon todas las carreteras en Wazir Akbar Khan y helicópteros vigilaban el vecindario desde el aire.
Los talibanes afganos anunciaron el mes pasado el inicio de su ofensiva de primavera, y prometieron construir una base política mientras centran sus ataques en la coalición internacional y las fuerzas de seguridad afganas.
Fuerzas estadounidenses y locales luchan contra la insurgencia de los talibanes desde hace más de 15 años. Estados Unidos tiene ahora más de 8.000 soldados en suelo afgano para entrenar a las fuerzas locales y realizar operaciones antiterroristas. En el último año se centraron en frenar una oleada de ataques insurgentes, que tomaron distritos clave como la provincia de Helmand.