BEIJING – La agencia Moody’s redujo el miércoles la calificación crediticia de China debido a su abultada deuda, suscitando la protesta de Beijing y subrayando los desafíos que enfrenta el Partido Comunista en su campaña por reformar la economía.
La decisión se suma a otras advertencias recientes sobre el afán de China de pedir créditos para impulsar su crecimiento tras la crisis financiera mundial del 2008. Analistas privados sostienen que tanta dependencia del crédito podría entorpecer la economía e incluso amenazar la estabilidad del sector bancario estatal.
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La agencia Moody’s Investors Service redujo las calificaciones en moneda local y en moneda extranjera en un peldaño: de Aa3 a A1. Sostuvo que la solidez financiera de China probablemente se diluirá a medida que el crecimiento se frene y la deuda aumente.
“Vaticinamos que la deuda pública directa, la deuda pública indirecta y la deuda económica en general continuarán aumentando, señal de la erosión del perfil crediticio de China”, dijo Moody’s en un comunicado.
El Ministerio de Economía de China criticó la decisión, afirmando que Moody’s exageró las dificultades que enfrenta el país y subestimó sus logros financieros e industriales.
Se calcula que la deuda no gubernamental de China subió del 170% de la producción económica anual en el 2007 a 260% el año pasado.
Los líderes comunistas han fijado como prioridad para este año disminuir su vulnerabilidad financiera. Han lanzado campañas para bajar la deuda de empresas estatales, incluso permitiéndole a los bancos aceptar acciones para la cancelación de créditos. Sin embargo, de acuerdo con analistas del sector privado, las medidas se están aplicando con demasiada lentitud.