A la luz del ataque terrorista del lunes en el concierto de Ariana Grande en Manchester, Inglaterra, padres alrededor del mundo discrepan sobre si permitir o no que sus preadolescentes y adolescentes asistan a eventos de música en estadios y festivales.
El verano boreal ofrece toda una gama de espectáculos, pero algunos padres — en especial aquellos en París y otras áreas que han sido blanco de terrorismo en el pasado — están reconsiderando ese rito de paso de la infancia a la adolescencia que constituye un concierto. Otros dicen que no permitirán que el miedo gane.
La víctima más joven en Manchester, donde se registran 22 muertos, tenía 8 años. La bomba de un atacante suicida detonó una estampida entre los jóvenes asistentes.