El trastorno de uso de sustancias en los jóvenes entre 18 y 24 años es de un alarmante 18%, reveló el “Estudio de la prevalencia de los trastornos psiquiátricos y la utilización de servicios especializados de la población adulta de Puerto Rico”, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Conducta, del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM).
Los datos fueron recopilados del 2014 al 2016.
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El trastorno de uso de sustancias de 18% en jóvenes de entre 18 y 25 años desciende a 11.9% entre personas de 26-45 años y 8% de 46-64 años.
Es el grupo de los jóvenes, además, el de mayor riesgo de abuso de alcohol y el menos propenso a utilizar servicios especializados (con solo 14.5%), según el informe.
La dependencia de alcohol es igualmente un grave problema social, se expone en el reporte.
“El 1.5% de la población cumple criterios para dependencia de alcohol”, se revela.
Mientras, “el uso de servicios especializados es significativamente más bajo entre personas con abuso de alcohol (17%) que en las personas con dependencia (30.2%)”.
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Los problemas, por otra parte, del uso de drogas en la Isla no tiene paralelos en la historia. El estudio destaca que el “uso ilícito de drogas en la Isla es alto dado que un 17.8% de la población informó estar usando drogas en los últimos 12 meses”, a la fecha del estudio.
Sobre la adicción en la Isla se resalta que el problema se ha duplicado desde un estudio similar en el 1998 y la sorpresa añadida de que los servicios gubernamentales no son utilizados.
“Un hallazgo significativo en este estudio es que la prevalencia de trastornos de uso de drogas (3.3%) se duplicó comparado con el estudio de Colón et al (1998) (1.3%) y además se encontró una baja utilización de servicios en esta población. Esto necesita mayor evaluación para buscar alternativas y prevención dado (sic) consecuencias negativas de la adicción a drogas”.
Y lo que es peor, el 71.7% de los adultos con trastorno de sustancias cree que el tratamiento no les va a ayudar, revela el reporte divulgado hace solo unas semanas.
“Las personas que cumplen criterios para abuso (33.4%) y dependencia (43.6%) de drogas es más alta que para abuso (17%) y dependencia (30.2%) de alcohol”, se reportó.
El problema inmediato que resalta en las estadísticas es la consecuencia de esta conducta: “cometen crímenes y son más propensos a tener contacto con el sistema criminal y de justicia”.
Entre los detalles del estudio se indica que al ser la capital de San Juan “una ciudad urbana donde hay mayor accesibilidad a drogas no es sorprendente que tenga la prevalencia más alta de adicción a drogas ilícitas (7.8%)”.
La sorpresa la causa sin embargo que la región sureste de la Isla tenga la segunda tasa más alta de adicción a sustancias y adicción adrogas (6.2%), un hallazgo que debe estudiarse, se solicitó.
En términos de promedio el abuso de sustancias, ilegales o no, incluyendo alcohol, tiene una alta prevalencia de 11.5%.
Ahora bien, un desglose del “uso de cualquier droga ilegal”, esto incluye el uso de medicamentos controlados que no han sido recetados por profesionales de la salud, revela que el uso de sustancias ilícitas en la población (17.8%) es un problema mayormente del género masculino, con 21.7% y 14.2% en el género femenino.
No obstante, ambos sectores son similares a la hora de usar tranquilizantes (5% hombres; 4.8% mujeres). Los estimulantes son preferidos por los hombres 4.7% a 2.3% las mujeres.
El uso de analgésicos en las mujeres es de 7% mientras que es de 9.1 en los hombres.
En las drogas con consecuencias criminales, como la marihuana, un uso de 12.6% en los hombres es mayor que el 3.5% de las mujeres; así como en el uso de cocaína (2.7 v. 0.2)
Ahora bien, a la hora del disco ambos géneros se acercan peligrosamente. En las llamadas drogas de club (metanfetaminas, de diseñador), el 0.6 de los hombres la usa y el 0.3 de las mujeres.
El uso de heroína, según estas estadísticas, es de 0.2 en hombres y es tan poco el uso en las mujeres que no es estadísticamente significativo, lo que no significa que no las haya. En la misma proporción ocurre con los inhalantes. Ahora bien, en el renglón “otras drogas” (que no se especifican), las mujeres son más prevalecientes 0.2 a 0.1.
En el Estudio se llama la atención a intervenir con esta población que usa drogas “dada la posibilidad de que se conviertan en adictos”.
“Hay una gran necesidad de que Assmca desarrolle estrategias para aumentar el uso de servicios especializados para aquellos que cumplen con criterios para dependencia de sustancias”, se alertó.
Indica el Estudio que “hay una gran necesidad de que Assmca desarrolle estrategias para aumentar el uso de servicios especializados para aquellos que cumplen con criterios para dependencia de sustancias”.
Un señalamiento importante del Estudio es que “la baja utilización de servicios en personas con trastornos de alcohol y drogas en comparación con la alta utilización de personas con SMI (trastornos psiquiátricos) sugiere que Assmca debe mejorar el acceso a servicios y adiestrar a los proveedores en sustancias”.
El Estudio también destaca trastornos psiquiátricos y puntualiza factores sociales, como la recesión, que produce estresores que se relacionan con la salud mental.
Estresores como la pobreza, el desempleo, la baja participación laboral, la criminalidad, y la migración, se detalló.