La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) expresó preocupación por las acciones de la Policía de Puerto Rico durante las manifestaciones convocadas por líderes estudiantiles y sindicales en la Milla de Oro el día Primero de mayo, en contra de las medidas de austeridad impuestas por el gobierno actual.
De acuerdo al licenciado William Ramírez Hernández, presidente de la ACLU, muchos policías “de línea” no estaban identificados, tampoco algunos que trabajaron en la protesta como agentes encubiertos.
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“Si no está identificados es un problema, porque si algo ocurre, ¿cómo usted va a identificar a ese Policía?”, acotó el abogado.
Asimismo, el licenciado sentenció que la actividad de un policía encubierto solo es válida si está identificado. De otra parte, si el uniformado realiza un arresto sin portar su placa es un “secuestro de Estado”, dijo.
De la misma forma, esta organización, que desplegó 12 observadores en el evento, sentenció que la uniformado violó los estatutos de la reforma de la Policía cuando utilizó gas lacrimógeno y balas de goma para despejar a la multitud congregada en la Milla de Oro.
“Los gases lacrimógenos se utilizan como una forma de dispersión […] Tiene que haber una advertencia antes para que la gente sepa que van a dispersar las multitudes y uno está prevenido para protegerse”, sostuvo el licenciado Josué González, quien fungió como uno de los observadores.
El letrado añadió que la advertencia, según estipula la reforma de la Policía, debe ser con un medio “efectivo”, entiéndase un altavoz o medio relacionado. También enunció que se supone que el cuerpo policial trace vías alternas para que las personas puedan moverse. Asimismo, agregó González, la Policía debe tener servicios médicos disponibles antes de utilizar el gas lacrimógeno.
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Ramírez Hernández criticó los señalamientos de la superintendente, quien en días pasados dijo que durante las protestas no se había utilizado gas lacrimógenos o balas de goma.
“Yo no sé en qué ella estaba pensando habiendo tantas cámaras allí”, comentó el licenciado Ramírez Hernández, al tiempo que mostró evidencia de cartuchos de balas de goma y gas lacrimógenos recogidos el día de los hechos en la Milla de Oro.
Otro aspecto destacado por la ACLU fue el uso del símbolo del comic “Punisher” por varios agentes. González explicó a los medios que este personaje de historietas, identificado por una carabela, es un “anti-héroe” de ficción que busca la justicia por sus propias manos ignorando la ley.
Esto, añadió el licenciado Ramírez Hernández, desvirtúa el propósito de la Policía pues dicho personaje denota una ideología que va en contra de las leyes de nuestro país y le asigna a la uniformada el rol de “castigar”, no de proteger a la población.
También, cuestionó Ramírez Hernández, no identificar a una persona que está realizando un supuesto delito al momento de los hechos es un acto que genera preocupación.
“Si están cometiendo un alegado delito en un momento dado, ¿por qué no lo intervienen al momento? Yo estuve allí y sé que no los intervenían. ¿Por qué esperan identificarlos con supuestos testigos oculares? Esa es la forma menos confiable de evidencia para identificar a un alegado criminal”, manifestó.
En ocasiones, cuando hubo incidentes en los que se necesitó la asistencia médica para quienes se vieron afectados por los ataques, la licenciada Nora Vargas Acosta -también observadora de la ACLU- mencionó que tuvo que explicarle a la Policía cuán urgente era llamar a emergencias médicas para que atendiera a los afectados. Algunos agentes respondían al llamado con prontitud, otros no.
“La Policía no intervino”
Ramírez Hernández acotó que la Policía no intervino mientras los manifestantes, en la avenida Chardón, comenzaron a tirar piedras a los edificios de UBS y el Popular Center.
Agregó que “yo estuve con un Policía, porque él quería que yo viera la otra parte”, pero en el lugar de los hechos la uniformada no detuvo a tiempo a quienes atacaban los edificios. Quienes acorralaron a estas personas, declaró, “fueron los mismos estudiantes”.
La reforma está funcionado
Aún cuando se suscitaron momentos de tensión, la reforma de la Policía está haciendo efecto. Así lo declaró Ramírez Hernández.
De acuerdo al abogado, en varias circunstancias imperó el diálogo y no la violencia, como cuando en medio del primer incidente entre manifestantes y la uniformada, estos últimos quedaron rodeados por las personas y no se abrieron paso a golpes sino que mantuvieron su formación.