LOS TEQUES, Venezuela – Miles marchaban el viernes hacia la cárcel donde cumple condena el líder opositor Leopoldo López en una nueva jornada de protesta tras la decisión del gobierno de Venezuela de abandonar la Organización de Estados Americanos.
La manifestación busca llegar a la prisión militar de Ramo Verde ubicada en Los Teques, a unos 20 kilómetros al oeste de Caracas, donde López purga una pena a casi 14 años por promover protestas en 2014.
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También habrá movilizaciones en todo el país hacia los centros carcelarios donde están recluidos los que la oposición considera presos políticos del gobierno y que estima son 178.
“Los venezolanos están de pie, fortalecidos, indignados pero fortalecidos para seguir en la lucha en la calle en protesta pacífica”, dijo Lilian Tintori, esposa de López, en una entrevista el viernes con la colombiana Blu Radio.
Tintori manifestó que a su marido “le quitaron la llamada familiar, no dejan entrar a la familia y no dejan entrar a los abogados. Le quitaron el derecho a la defensa. Esto es grave”.
La mujer dijo que de la marcha a Ramo Verde también participan “diputados de la Asamblea Nacional, todos los líderes de la oposición, la gente que vive alrededor de la cárcel para denunciar fuertemente si no nos dejan pasar”.
La prisión amaneció custodiada por cientos de efectivos de la Guardia Nacional con equipos antimotines y tanquetas.
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La lista de detenidos ha crecido en el último mes durante las protestas callejeras en las que fueran apresadas más de 1.000 personas, de las cuales 65 permanecen bajo arresto y otras 217 están a la espera de ser presentadas en los tribunales.
La liberación de los presos políticos es una de las cuatro exigencias, además de las elecciones generales, la apertura de un canal humanitario y el respeto a la Asamblea Nacional contralada por la oposición, que ha planteado la oposición para cesar las manifestaciones.
El presidente Nicolás Maduro acusó la víspera a sus adversarios de promover un golpe de Estado y defendió la decisión de salir de la OEA.
“No reconocemos ninguna reunión, ninguna decisión de la OEA que vulnere el derecho internacional… Somos libres de la OEA”, afirmó el mandatario durante una concentración en Caracas.
Venezuela decidió retirarse de la organización, proceso que espera completar en dos años, tras una reunión del Consejo Permanente en la que se convocó a una reunión de cancilleres del continente para analizar la crisis venezolana.
La situación en el país sudamericano ha despertado preocupación en la comunidad internacional ante la violencia en las recientes protestas que han dejado 29 muertos y 437 heridos.
“Venezuela es un desastre”, afirmó el presidente estadounidense Donald Trump la víspera.
Por su parte, el mandatario de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, expresó que el hecho de que Venezuela no participe del organismo hemisférico “no le resta obligaciones” en derechos humanos.
“Queremos más democracia, no menos; más respeto para los derechos humanos, queremos más respeto a la institucionalidad democrática de ese país. No me parece que la anunciada salida contribuya a ese propósito”, dijo Solís a la prensa.
Las protestas comenzaron un mes atrás luego de dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, señalado de estar controlado por el gobierno, en las que asumió las competencias legislativas del Congreso y limitó la inmunidad de los diputados. Los dictámenes fueron revertidos pero las manifestaciones contra el gobierno no han cesado.
La creciente tensión política se da en un contexto de profunda crisis económica caracterizada por una inflación de tres dígitos y una severa escasez de alimentos y medicinas que han golpeado la popularidad de Maduro, que ronda el 20%.