La tensión política que a atenaza a Venezuela volvió a las calles el lunes con una marcha hacia la principal autopista de Caracas donde los manifestantes permanecerán concentrados durante varias horas en rechazo al gobierno de Nicolás Maduro, que acusa a sus adversarios de promover un golpe de Estado.
“No me detendré porque el que se detiene, pierde. Tenemos que mantenernos en la calle”, dijo a The Associated Press Lisbeth Colina, una profesora jubilada de 64 años, mientras marchaba con una bandera amarrada a la espalda.
PUBLICIDAD
Entre un mar de banderas venezolanas y al grito “¿Quiénes somos? Venezuela. ¿Qué queremos? ¡Libertad!”, miles de opositores emprendieron desde diferentes puntos de la capital movilizaciones hacia la principal autovía.
“Estoy aquí por mis hijos y por mis nietos, dispuesta a todo. No tengo miedo y mucho menos a una represión tan grande”, agregó Colina.
La marcha comenzó horas después de que se informara oficialmente el fallecimiento de una enfermera tras recibir un golpe durante una marcha oficialista, con lo que se elevaron a 21 los muertos en las protestas de las últimas tres semanas en Venezuela.
Almelina Carrillo, de 47 años, murió en un hospital del centro de Caracas al que había ingresado el 19 de abril tras ser golpeada en la cabeza por una botella de agua congelada lanzada desde un edificio, dijo el ministro de Relaciones Interiores, mayor general Néstor Reverol, en su cuenta de Twitter.
La enfermera observaba el paso de una marcha oficialista en el centro de la capital venezolana.
PUBLICIDAD
“Tenemos que seguir en las calles y hacerle saber a Venezuela y al mundo que este es el momento en el que tenemos que darlo todo por un cambio”, dijo Eduardo León, un estudiante de ingeniería química de 20 años, mientras marchaba por una avenida del este de la ciudad.
Centenares de policías y guardias nacionales, con equipos antimotines, tomaron desde el amanecer varios puntos de la ciudad.
En rechazo a la nueva protesta de la oposición Maduro afirmó el domingo que no se rendirá “ante las fuerzas de la oligarquía” e instó a sus adversarios a retornar al proceso de diálogo estancado desde diciembre.
La oposición ha descartado cualquier diálogo con Maduro y anunció que seguirá en las calles hasta que el gobierno convoque elecciones, abra un canal humanitario para alimentos y medicinas, libere a los que consideran presos políticos y respete al Congreso.
La crisis venezolana ha generado preocupación en varios países de la región y organizaciones como la ONU y la OEA, que urgieron a Caracas a reducir la polarización y crear condiciones para enfrentar la situación.
Algunas organizaciones humanitarias y opositores cuestionaron la actuación de los cuerpos de seguridad, a los que acusaron de excederse en la contención de las protestas. Las autoridades desestimaron las críticas y sostuvieron que actuaron según las leyes.
Además de los muertos las protestas han dejado más de un centenar de heridos y detenidos.
Las tensiones políticas se intensificaron luego de dos sentencias que el Tribunal Supremo de Justicia emitió a fines de marzo en las que asumió las atribuciones de la Asamblea Nacional y limitó la inmunidad de los legisladores. Aunque el máximo tribunal, acusado de estar controlado por el gobierno, revirtió los fallos las protestas no han cesado.
Recomendamos: