Idéntico autobús negro con cristales tintados para hacer hoy el recorrido hasta el estadio que ayer se vio truncado por el susto de tres explosivos improvisados. Y parece que la motivación yihadista estaba escondida junto a las bombas, en lo alto de un seto, para intentar herir a los pasajeros del bus. Ya hay un detenido, un iraquí de 25 años, que debió colocar los explosivos y dejó cartas reivindicando la acción. En las notas, dos iguales, explica su lealtad a Estado Islámico y se alegra del ataque al mercadillo navideño en Berlín. También pide el cierre de la base norteamericana de Ramsteim, al sur de Alemania y retirar aviones de Siria- Y amenaza, si no atentarán contra actores o deportistas. Hay otro sospechoso, un alemán de 28, al que la policía investiga. Todo ocurrió a pocos metros de este hotel de donde el salió el equipo y donde poco después detuvieron al terrorista. No se sabe si activaron las bombas caseras por control remoto pero explotaron justo cuando pasó el autobús negro. Video: Reuters.
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