Dos iglesias cristianas en diferentes ciudades egipcias fueron atacadas con bombas mientras los fieles celebraban el Domingo de Ramos, matando al menos a 43 personas y dejando heridas a otras 100. Los ataques fueron revindicados por el grupo Estado Islámico.
Las explosiones se produjeron al comienzo de la Semana Santa, que precede a la Pascua, y semanas antes de que el papa Francisco visite el país más poblado del mundo árabe. Los ataques incrementaron el temor de que los extremistas islamistas, que llevan tiempo luchando contra las fuerzas de seguridad en la Península del Sinaí, puedan cambiar su foco hacia los civiles.
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En el primer ataque, una bomba explotó en la iglesia de San Jorge en la ciudad de Tanta, en el Delta del Nilo, matando al menos a 27 personas e hiriendo a unas 78, dijeron las autoridades.
Horas más tarde, ocurrió una explosión en la catedral de San Marcos en la ciudad costera de Alejandría, la histórica sede de la cristiandad en Egipto, matando al menos a 16 personas e hiriendo a 41 después de que el papa copto Teodoro II terminara se oficiar los servicios. Sus ayudantes dijeron más tarde a los medios locales que el papa copto escapó ileso.
ISIS se atribuyó los ataques a través de su agencia de noticias Aamaq. Ocurrieron después de que recientemente advirtió que intensificaría sus ataques contra los cristianos de Egipto.
En diciembre, una rama del grupo Estado Islámico reivindicó un atentado suicida contra una iglesia de El Cairo donde murieron 30 personas, además de una serie de asesinatos en el norte de la región del Sinaí, que llevaron a cientos de cristianos a huir a zonas más seguras del país.
La milicia radical publicó recientemente un video en el que prometía intensificar los ataques contra los cristianos, a los que describe como “infieles” que dan poder a Occidente contra los musulmanes.