Un rito que marca el comienzo de la Cuaresma, el periodo de 40 días previo a la Semana Santa y en el que algunos cristianos hacen ciertos días de ayuno y penitencia, en el que, subrayó, se debe rechazar de plano “la asfixia provocada por nuestros egoísmos” y por “mezquinas ambiciones y silenciosas indiferencias” ante el mundo. EFE
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