Ahí, cerca del centro de Viena, comenzó a funcionar en 1784 el primer hospital psiquiátrico del mundo, donde se intentaba curar a los pacientes y no sólo mantenerlos encerrados. Pese a su aspecto tétrico, que impresiona hasta hoy, los pacientes vivían en condiciones muy aceptables para la época. A excepción de los violentos, podían salir a pasear al jardín y moverse libremente por el edificio.EFE
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