La administración del gobernador Ricardo Rosselló Nevares aun delinea los planes para hacer de la Universidad de Puerto Rico una institución fiscalmente responsable y dentro del plan fiscal que debe someter a la junta de control fiscal a más tardar a finales de este mes, que es corto.
No obstante, ya La Fortaleza ha comenzado a recibir el insumo de diversos sectores.
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Este pasado miércoles, el profesor de derecho Luis Aníbal Avilés, expresidente de la Junta de Directores de la Autoridad de Energía Eléctrica durante el gobierno de Aníbal Acevedo Vilá, se presentó a la mansión ejecutiva para reunirse con el secretario de asuntos públicos y política pública Ramón Rosario.
El encuentro fue solicitado por Avilés.
“Hemos estado escuchando a todos los sectores”, dijo Rosario cuando se le solicitó información sobre la reunión.
“Fue a hablar de reformas que necesita la Universidad de Puerto Rico. No me habló de ninguna enEl sistema de la UPR enfrenta un déficit de cientos de millones específico, simplemente que los universitarios estaban abiertos a comenzar el proceso. Y yo muy cándidamente le expresé que también el gobierno está abierto a escuchar a todos los sectores”, agregó el funcionario de gobierno.
Explicó que Avilés habló en su carácter de profesor de la Universidad de Puerto Rico y de parte de la gerencia de la Escuela de Derecho.
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“El solicitó una reunión para sentarse conmigo a hablar de las preocupaciones que tiene de la Universidad de Puerto Rico y yo, como hago con todo el mundo sin importar ideologías políticas, lo recibí”, aseguró Rosario.
El sistema de la UPR enfrenta un déficit de cientos de millones, una nómina alta y con un promedio de más empleados de administración en apoyo a la docencia que muchas otras universidades.
Su sistema de retiro, sin estar al borde de la quiebra como el Sistema de Retiro de los Maestros, tampoco está en buen estado de salud. El promedio de edad de los profesores es alto y la Universidad ha sido incapaz de incorporar en su nómina a una nueva generación de sustitutos de la mejor envergadura.
En vez, a una gran proporción de los profesores los ata durante largos años con contratos de servicios anuales, ya sea con tarea completa o parcial, sin darle la oportunidad de entrar en el sistema de mérito hasta llegar a catedráticos.
De esa manera tampoco tiene que conceder los beneficios que todo empleado espera, como seguridad de empleo, aumentos de sueldo, vacaciones, aportaciones a los planes de salud y retiro, entre otros.
Pero ese ahorro en fondos no le produce otros réditos que colocarían al sistema en un más alto nivel. A un profesor por contrato de servicios no se le requiere publicaciones y actividades que promuevan un mayor desarrollo intelectual o tecnológico. Y si lo hacen, la Universidad no está obligada a compensar esas actividades.
También la UPR, fundada en el 1903, ha perdido la capacidad para mantener un programa agresivo de profesores visitantes, quienes suelen darle prestigio al lugar donde son invitados a dar cátedra.
En varios rankings mundiales la UPR no aparece entre las primeras 1,000 universidades.
Desde esa perspectiva, no le resulta favorable a muchos estudiantes extranjeros venir a estudiar a la UPR. Los estudiantes extranjeros, incluso si vienen de los estados, pagan otras tarifas -más altas o las de su país- a las que se les cobra a los estudiantes locales.
Por disponer de más recursos, estos estudiantes visitantes también promueven el desarrollo económico en las cercanías donde se alojan y además aportan sus culturas y visiones sociales a las nacionales.
Durante la reciente visita de empresarios de la República Popular China a Puerto Rico, un directivo del programa en el Caribe, Jeff Carmichael, declaró que los intercambios estudiantiles son una fuerza primaria para luego establecer relaciones comerciales y culturales. Es decir, son la avanzada de relaciones a más mediano y largo plazo.
Sin embargo, el manejo deficiente de las cuentas, las visiones conservadoras y burocráticas de los administradores, la deteriorada infraestructura y su deficiente y pospuesto plan de mejoramiento, y los escándalos de corrupción han minado la viabilidad autonómica, la autosostenibilidad y la reputación como lugar de altos estudios de la UPR. Esa precariedad la ha expuesto a los frecuentes asaltos políticos, o bien ha sido el resultado de ellos.
Se le preguntó a Rosario si la mansión ejecutiva ya está dispuesta a comenzar una reforma universitaria.
“La respuesta es no. Obviamente, como parte del plan fiscal, el gobernador quiere analizar como hacer una Universidad de Puerto Rico fiscalmente responsable. Es una de las cosas que él (el gobernador) va a estar anunciando, que se están estudiando dentro del plan fiscal”.
En este momento “no hay una medida (de reforma) para la Universidad de Puerto Rico. El gobernador está delineando, y lo vas a ver en el plan fiscal, cómo él propone atender el problema de la Universidad de Puerto Rico, que está en quiebra”.