La superintendente de la Policía, Michelle Hernández, afirmó que no tiene reparos con que los agentes policiacos oren en horas laborables, siempre y cuando lo hagan en privado.
La jefa de la Policía dijo que “no hay nada malo en uno tener unas creencias, pero esas creencias son algo muy personal y en una organización jerárquica uno no puedo utilizar su rango para imponer sus creencias”.
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Hernández dijo no tener problemas con que una persona que quiera orar, se meta en su patrulla y así lo haga. “Es su prerrogativa”, indicó.
El pasado superintendente de la Policía, José Caldero, firmó una orden administrativa en el 2016 estableciendo la separación entre iglesia y estado en el cuerpo policial.