La Marcha de las Mujeres celebrada hoy en Washington D. C. ha pasado a ser una de las más grandes e importantes en la capital estadounidense. Cientos de miles de personas –mujeres y hombres de todas las edades- se apoderaron de las avenidas D. C. hasta el punto que fue imposible seguir la ruta de marcha establecido en principio.
La manifestación alcanzó tal nivel de asistencia, que en un punto no había manera de que te movieras de donde estabas parado. Luego de cuatro horas de discursos por parte de líderes y artistas que apoyan el movimiento –la actriz Scarlett Johansson, la actriz América Ferrera, la cante Madonna, la cantante Alicia Keys, entre otros–, la marcha oficialmente arrancó, aunque simplemente se dio paso a que todos los presentes se dirigieran hacia la entrada de la Casa Blanca, el punto culminante, sin establecer ninguna ruta.
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Si bien el número no es exacto, sólo hace falta haber participado tanto de la Inauguración Presidencial ayer, como de la marcha de hoy, para constatar que la manifestación por los derechos de las mujeres y derechos civiles en general, superó en asistencia la ceremonia de juramentación del presidente Donald Trump.
Las mujeres manifestaron no estar dispuestas a echar atrás derechos civiles que les han costado décadas de lucha –como el aborto– y por el contrario, demandaron respeto, igualdad y equidad.
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Uno de los puntos más agitados de la marcha se dio cuando los manifestantes pasaron justo al frente del Trump International Hotel, a sólo un par de calles de Casa Blanca. Allí se concentró la protesta, frente al edificio completamente custodiado por la policía y con los huéspedes asomándose por las ventanas.
Un joven con un altoparlante le recordaba a los manifestantes antes de llegar a la parte posterior del edificio, que no olvidaran sacar su dedo corazón cuando cruzaran el hotel del magnate de bienes raíces. Obedientes, los manifestantes sacaban su dedo con firmeza.
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El Newsmuseam, el museo dedicado a los medios de comunicación y su historia, también resultó ser uno de los puntos más importantes de la marcha. Los manifestantes reclamaban una “prensa libre”, “libertad de prensa” y sobretodo, pedían que se retirara un billboard que se encuentra instalado en la parte superior de la entrada del edificio, que le da la bienvenida al cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los visitantes que se encontraban en el museo se apostaron en el balcón del edificio y hacían señales de apoyo a los manifestantes.
Una vez en la entrada de la Casa Blanca, el portón permanecía cerrado y fuertemente custodiado. En el trayecto aún estaban ubicadas las gradas que se instalaron para que el público disfrutara ayer de la tradicional Parada Presidencial, que marca la primera entrada de Trump a Casa Blanca como presidente. Sin embargo, el mandatario no logró llenarlas, aunque hoy las “vaginas” abarrotaron cada espacio.