Por: Reina Mateo Alvarado
En un salón donde abundan los colores vivos, se siente el olor a crayones de dibujar y se ven los potes de plastilina en el anaquel, se juega a distintas cosas. Lo que los niños y las niñas no se imaginan es que el juego es una parte esencial en su desarrollo hacia la adultez.
Un estudio publicado por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense en Madrid reveló que la aceptación de la identidad resulta de un proceso de socialización en la infancia donde se adaptan y practican normas, valores y reacciones para entender la realidad.
Durante la socialización, las niñas y los niños van aprendiendo a través de juegos los roles y comportamientos “aceptables” para cada sexo. En este caso, a las niñas se les asocia más con el rol doméstico, mientras que los niños se relacionan con lo que está fuera del hogar, como los autos y las herramientas, entre otros.
Estudio con padres en P. R.
Para obtener declaraciones actuales adaptadas a nuestro entorno, se repartieron cuestionarios a diez padres y madres, cuyos hijos e hijas asisten al Taller Creativo Preescolar-Elemental en Caguas, para conocer qué aspectos toman en consideración al regalarles juguetes a sus hijos.
La mayoría dijo que estas navidades obsequiarán juguetes electrónicos. Entre estos se destacan consolas de videojuegos y tablets.
El 60 % de los padres y madres de la encuesta admitieron que han motivado a sus hijos e hijas a jugar con juguetes que se identifican con el sexo opuesto. Los progenitores vieron este proceso como uno educativo en el que no se conoce distinción entre juguetes, y los menores expanden sus conocimientos, en vez de limitarse a los roles establecidos por la sociedad.
Para uno de los padres, el hecho de que su hijo juegue ocasionalmente con juguetes de niña, lejos de asombrarlo, considera que le servirá para cuando sea adulto y se enfrente al mundo real.
Algo similar le ocurrió a otro progenitor, cuyo hijo jugó con una muñeca de estilismo y hace las mejores trenzas de la familia. “Si esa actividad pudiera representar una destreza que le permita ganarse la vida digna y honestamente, bienvenida sea”, concluyó.
A la hora de los progenitores determinar el regalo de sus hijos, el 91 % de los encuestados dijo que toma en consideración el nivel educativo del juguete, si es apropiado para la edad, el interés del niño y, por último, el precio.