Algunos conductores de Uber están enfrentando una dinámica particular con los taxistas de Puerto Rico, quienes los entrampan al utilizar la misma aplicación que rechazan.
El ejercicio, a modo de encerrona, consiste en que el usuario, en este caso taxistas, solicitan los servicios de Uber por medio de la aplicación móvil desde lugares identificados como turísticos para luego boicotear el nuevo servicio de transporte en Puerto Rico.
Tal es el ejemplo que compartió a Metro Enrique Vélez Pérez, un chofer de Uber a tiempo parcial y quien el domingo pasado experimentó la situación en el Viejo San Juan. Metro también supo que situaciones similares le han pasado a otros choferes de Uber.
“Me contactaron, pero siempre que doy el servicio llamo o texteo. Cuando llamaba me enganchaba y cuando escribía no me respondía. Era un taxista que me estaba llamando. Era una mujer. Cuando vi en la zona que estaba solicitando el servicio y pregunté a un oficial de la Policía que estaba en el lugar me dijo que en el área habían muchos taxistas. Luego, cancelo el servicio”, relató Vélez Pérez a este diario.
El conductor, que también trabaja en una farmacia, indicó que es la primera vez que vive una situación inusual cuando trabaja para Uber. Además, precisó que no reportó la situación al momento porque quiere esperar a la reunión del próximo martes con la compañía para expresarle personalmente lo sucedido.
En medio de toda la controversia que pudiera impedir que Uber ofrezca sus servicios en todas las zonas turísticas y calles aledañas, Vélez Pérez aseguró que ni los conductores ni Uber promueven la violación de las leyes y reglamentos existentes.
“Uber envía diariamente documentos, todo lo que sucede en redes sociales y noticias, y nos especifica en qué zonas debemos estar y dónde no podemos recoger , que no pueden ser en hoteles, aeropuertos, muelles, etcétera. No nos vamos por encima de las normas que nos ponen”, explicó.
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