El presidente de la Asociación de Inspectores de Juegos de Azar (AIJA), Edgardo Lizardi, señaló que la directora de la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR), Ingrid Rivera, miente al decir que la sala de juegos que se inauguró en el aeropuerto de San Juan tendrá la misma fiscalización de los casinos.
“Las máquinas tragamonedas instaladas en el aeropuerto no tendrán la garantía de seguridad que se le ofrece a los usuarios en los casinos porque ese trabajo lo realizan inspectores autorizados, a quienes se les ha impedido estar presente en esa sala para fiscalizar la operación de las máquinas”, denunció Lizardi en un comunicado divulgado hoy.
Dijo que con esta actuación la CTPR pone en riesgo las garantías de seguridad a las que están acostumbrados los jugadores en la isla, una situación que también pudiera afectar la imagen que pretende proyectar Puerto Rico en el exterior.
El dirigente sindical recordó que, según lo establece la ley y el reglamento de Turismo, los inspectores son quienes están a cargo de la supervisión y fiscalización de la operación de tragamonedas y juegos de mesa en Puerto Rico.
Además, son los que deciden, en última instancia, cualquier reclamación o controversia que surja en relación a la operación de tragamonedas dentro de una sala de juegos.
“Nosotros velamos por la formalidad en la operación de las máquinas, verificamos que tanto el equipo como la banca de dinero y cualquier otro aspecto relacionado a la operación de la sala de juegos esté de acuerdo a la ley, al reglamento y a cualquier norma administrativa emitida por la CTPR antes de abrir sus puertas al público y durante el horario de operaciones”, dijo.
Denunció además que Rivera haya minimizado la seguridad de los jugadores que acudan al aeropuerto al indicar en una conferencia de prensa que las reclamaciones se atenderán mediante un oficial de servicio al cliente y que el control de las máquinas se realizará por medio de cámaras.
“Para justificar la exclusión de nuestros inspectores, la directora de la CTPR y el director de la División de Juegos de Azar, Andy Viera, aprobaron a toda prisa un dudoso reglamento. Sin embargo, ese reglamento no está por encima de la Ley de Juegos de Azar, que es la que regula cualquier operación de juegos en Puerto Rico y la que determina cómo se fiscalizan”, indicó Lizardi.
Recordó que la isla caribeña ha ganado un nivel de prestigio y reconocimiento turístico mundial, en parte por el manejo adecuado de sus casinos de juegos.
“Se trata de una industria que está regulada y en la que la gente confía porque reconocen la pericia y honradez del personal de inspectores que velan por los derechos de los consumidores y por el buen manejo de las máquinas de juego”, agregó.
El líder del gremio manifestó que la exclusión de sus representados de la sala de juegos del aeropuerto levanta suspicacia porque son los inspectores quienes vigilan por la pureza del juego y porque el proceso no se preste al lavado de dinero.
“No ha habido transparencia en el proceso de selección de la compañía a cargo de las máquinas, Aristocrat Technologies, ya que pasaron por alto los procesos de subasta y la CTPR no ha querido mostrar el contrato que se firmó. Las autoridades judiciales e investigadoras deben indagar en este asunto”, dijo.
Operadores de máquinas tragamonedas de Puerto Rico denunciaron la pasada semana la instalación, presuntamente ilegal, de más de 200 de estos aparatos en el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín de San Juan.
La CTPR anunció que la colocación de las mismas generará unos ingresos estimados de 1,8 millones de dólares y que se siguió un “riguroso” proceso de selección de la empresa seleccionada.