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En manos de las mujeres el sistema judicial

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Lejos quedó en el pasado la judicatura en manos de jueces varones y la justicia litigada en las salas básicamente por hombres, mayormente enérgicos e intimidantes, muchas veces también vociferantes.

Hoy día ocurre otro fenómeno. Las mujeres presiden la mayor cantidad de salas de justicia, hay más oficiales jurídicos y son mayoría en las facultades de Derecho. El dato es importante por varias razones, entre ellas porque demuestra que han podido abrir, al menos esas puertas, a la igualdad de género y porque aportan una perspectiva distinta a las leyes que, mayormente, legislan los hombres desde el Capitolio, done hay pocas mujeres legisladoras.

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Para abril de este año el sistema judicial tenía un 59% de mujeres jueces y un 41% de jueces varones. Solo en el magisterio, que tiene sobre un 80% de maestras, existe una situación similar.

Al 1 de abril, la Oficina de Administración de Tribunales (OAT) contabilizó 213 jueces mujeres y 150 varones, para un total de 363 jueces. A ese momento hubo 140 jueces mujeres superiores y 98 varones; 49 jueces mujeres municipales y 31 varones; 21 jueces mujeres de apelaciones y 16 varones. 

En algún momento en el piso 11 del Centro Judicial de San Juan, de las 8 salas de lo criminal, 5 mujeres las presidían y tres varones las restantes. En las salas de relaciones de familia, todos eran presididas por mujeres.

Igualmente, la mayor parte de los oficiales jurídicos son mujeres, indica a la agencia de noticias Inter News Service (INS) la directora de OAT, juez Isabel Llompart Zeno.

“En el Centro Judicial de San Juan, que tiene 55 jueces, hay oficiales jurídicos para el apoyo a la labor judicial. Había 16 puestos, dada la complejidad. Y los resumes que llegaban eran mujeres”, dijo.

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En promedio, agregó, de cada 10 resumes que llegaban, 8 eran de mujeres. “No es que no se le esté dando el trabajo a los hombres, es que no llegan los resumes de los varones. Y hay un desbalance increíble”, afirma la jueza administradora, quien participó en la década del 90 de un estudio sobre el discrimen por género en los tribunales que demostró que había prácticas que había que mejorar. El Tribunal Supremo de Puerto Rico creó entonces el Comité de Igualdad y Género para tomar medidas.

En enero de este año la entonces juez presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico (TSPR), Liana Fiol Mata, nombró un consejo asesor de Igualdad y Genero para asesorar a la OAT sobre buenas prácticas y las nuevas tendencias que hay que tener en cuenta, así como educar a toda la Rama Judicial.

Sin embargo, el desbalance puede ser más bien la consecuencia de un problema anterior. Los varones tampoco llegan a las universidades. El 58.6% de los estudiantes universitarios eran mujeres, y el 41.4% varones, según estadísticas para el 2013. 

Contrariamente, el 97% de la población penal que se juzga en los tribunales, es varón. El informe promedio diario en las instituciones correccionales, correspondiente a marzo corrobora que los problemas de delincuencia en el país son fundamentalmente un asunto de varones. Las mujeres representan el 3%.

El hecho de que sean las mujeres las que ocupen el cargo de juez tiene impacto “en la forma” en que se conducen los trabajos de sala, reconoce Llompart Zeno en la entrevista con INS.

La juez tiene 25 años de carrera judicial y ha visto la transformación paulatina de la Rama Judicial en todos esos años. Llompart Zeno fue la primera mujer a cargo del Centro Judicial de San Juan, por mucho el más grande y complejo de Puerto Rico, y también la primera en presidir una sala especializada de violencia doméstica.

La juez señaló que las personas que estudian el asunto de género tienen sus teorías de la manera en que el género debe influir en la forma y manera en que se lleva la vida personal y profesional.

“Claro que hay otra perspectiva. Antes la mayoría de los jueces eran varones. Los varones eran los que estudiaban leyes. Ahora la mayoría de los graduandos de las facultades de leyes son mujeres. Y eso obviamente repercute, y son más las que vienen al servicio público”, declara.

Si bien, cree Llompart Zeno, que el género aporta su visión, no significa que no aporten la misma justicia, conforme a derecho. “Pero es el pueblo el que debe saber que eso es así”, indica, pues reconoce que hay personas que aun tienen sus prejuicios.

“La toga es igual, es negra para todo el mundo. Es un símbolo de que todos somos iguales”, sostuvo, para garantizar que el género no hace la diferencia cuando se imparte justicia.

El hecho es que en todos los centros judiciales más grandes de la isla hay una mayoría de jueces mujeres. Lo son, de manera amplia, en San Juan, Bayamón y Mayagüez. También hay más mujeres jueces en Carolina, Arecibo, Caguas, Fajardo, Guayama, Utuado y Ponce. Unicamente en los pequeños centros judiciales de Aguadilla, Humacao y Aibonito hay una mayoría de jueces varones.

También hay mayoría de jueces varones en el TSPR, seis, y tres mujeres. No obstante, la corte la preside una mujer, Maite Oronoz Rodríguez, y su brazo derecho en la administración del sistema es igualmente mujer. Oronoz Rodríguez es apenas la tercera mujer en presidir el alto foro.

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