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Inacción empeora daños ambientales en Vieques

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Aunque ya ha pasado más de una década del cese permanente de los ejercicios militares en Vieques, un análisis realizado a la vegetación en 2015 evidenció una tendencia de acumulación de plomo.

El trabajo de la investigadora Elba Díaz, del laboratorio de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, que recoge  datos desde el 2001 hasta el 2015, analiza la presencia del plomo en la Yerba Manatí (Syringodium filiforme) en una estación de monitoría permanente localizada en bahía Salina del Sur, justo frente al canal de descarga de la laguna Anones en Vieques.

“En el caso de playa Carrucho en Vieques, los datos más recientes evidencian un repunte de plomo a niveles ecológicamente peligrosos, casi tan elevados como cuando el polígono estuvo activo”, apuntó el biólogo Arturo Massol, en un escrito que publicó el portal 80 grados.

Y es que en el 2001 se observaron concentraciones 300 % por encima de lo considerado como nivel excesivo o tóxico, tras el cierre del polígono las concentraciones bajaron alcanzando  unas comparables a muestras obtenidas de lugares de referencia como playa Tamarindo, en el Bosque Seco de Guánica.

No obstante, en el 2015, los niveles de plomo son los más altos desde el 2001. “La acumulación de plomo en Syringodium filiforme es indicador del posible tránsito de otros contaminantes en la zona. En lugar de mejoría ambiental, en este superfund site las estrategias de manejo van en ruta contraria a lograr la restauración ecológica”, resalta el informe.

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La laguna Anones, donde se encuentran miles de bombas enterradas y en proceso de corrosión acelerada, es el punto más bajo en el centro de la antigua zona de bombardeos. En el 2005, fuerzas mecánicas o naturales abrieron un canal de cerca de 100 metros de distancia a playa Carrucho en bahía Salina del Sur. Desde entonces, descargas ocasionales por el canal o infiltración a través de la arena permiten paso directo al ecosistema marino.

“Los estudios científicos son importantes, pero nuestra postura siempre ha sido que no hay necesidad de análisis como requisito para tomar acciones de contención. Primero, contención, es decir, reducir descargas al ecosistema abierto con buenas prácticas de manejo; luego, se estudia la magnitud del problema. Tres años después, aún no completan los ‘estudios’, no informan ni han tomado acción alguna en el lugar”, se denuncia en el documento.

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