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Buscan descifrar misteriosos apagones en bahía bioluminiscente

El dato. Puerto Rico es el país con el mayor número de cuerpos de agua bioluminiscentes en el mundo.

¿Por qué hay episodios de apagones en las bahías bioluminiscentes? Esta es la interrogante a la que el científico Juan Pablo Álvarez le busca respuesta.

Y es que el joven puertorriqueño, estudiante doctoral del Programa de Ciencias Marinas, Estuarinas y Ambientales, en la Universidad de Maryland, está comisionando una investigación para conocer cuáles son las factores naturales que promueven el desarrollo del dinoflagelado, el microorganismo que es responsable de la bioluminiscencia.

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“La  investigación debe  arrojar  luz  que  nos  ayude  a  determinar por qué suceden episodios de apagones o cese en la actividad lumínica. Varias hipótesis han sido desarrolladas para explicar estos eventos, pero al momento no han sido comprobadas con estudios  científicos”, destacó Álvarez.

El científico apuntó, además, que “el objetivo de mi investigación es poder entender qué cosas se necesitan en estas lagunas para ese microorganismo se pueda desarrollar y pueda estar presente a lo largo de la mayor parte del año”.

Algunos de los factores que se están tomando en cuenta en el proceso investigativo es la presencia del mangle en este tipo de lagunas. “Estamos tomando como punto de partida los factores naturales. Las propiedades físico-químicas y biológicas del agua que constituyen esas áreas alrededor de las lagunas. En este tipo de lagunas están rodeadas de mangle y, entonces, sabemos que el mangle parece ser esencial para el desarrollo de estas bahías y queremos entender un poco más cuál es ese rol que juega el que tengamos el mangle por la laguna, qué dinámicas se dan entre estos dos sistemas. Yo no estoy enfocado en ver el impacto de la actividad humana, pero sí con la base que nosotros tenemos podemos tener una idea sobre cómo la actividad humana puede estar alterando las dinámicas naturales”, explicó.

Aunque ya el investigador completó la primera fase que incluyó la visita a 16 lagunas costeras en Puerto Rico. Lo que sigue en el proceso es llevar a cabo una investigación por espacio de un año es seis lagunas costeras, entre estas la Bahía Fosforescente   en   Lajas,   Laguna   Grande   en   Fajardo   y   Bahía   Mosquito   en   Vieques para identificar qué las diferencia. Este espera poder presentar los resultados a finales de 2017 o principios de 2018, pero esto está sujeto a que logren conseguir el financiamiento para el proyecto.

Mi propuesta apunta a un acercamiento sistemático versus poblacional. Es decir, me enfoco en entender las dinámicas entre múltiples componentes de las lagunas. Una de mis hipótesis es que la presencia de micronutrientes, entiéndase elementos en muy bajas concentraciones, como el zinc y el selenio, juegan un papel crítico para el desarrollo del Pyrodinium bahamense y su consecuente presencia en las lagunas.

Para Álvarez las lagunas con bioluminiscencia son parte del desarrollo social y económico del país y, más aún, de las comunidades cercanas, por lo que es necesaria la orientación sobre cómo funcionan y qué las afectan. “Sí hay un sentido de pertenencia, hay una preocupación por el estado. Pero muchas de las personas piensan que el estado de las bahías bioluminiscentes en Puerto Rico es pésimo y eso se lo atribuyen a la actividad humana. A veces yo tengo que hablar con ellos de los procesos que ocurren  y que tengan una idea más amplia de lo que está pasando. Porque sabemos que hay efectos negativos, pero no necesariamente es siempre la causa de las condiciones en las bahías bioluminiscentes”, opinó.

Ante esto como parte del trabajo investigativo se lanzó la campaña “Déjala brillar”, que estará en las principales redes sociales y cuyo interés, además de divulgar resultados, es ser una fuente de información para todos, tanto para personas que trabajan en el campo como para quienes visitan y disfrutan de las bahías.
 

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