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La directora ejecutiva de la Alianza de Autismo en Puerto Rico, Joyce M. Dávila, se mostró hoy preocupada ante los pocos recursos que tiene la isla para suplir las necesidades de la población adulta con autismo, cuyo número aumentó y se espera que continúe en crecimiento por los próximos años.
“Estamos preocupados sobre lo que pasará con los adultos con autismo. Cuando empezó la ola de autismo en Estados Unidos se dispararon los casos, y esa población ya es adolescente y está entrando a ser adulta”, dijo Dávila a la agencia Inter News Service (INS).
Reclamó que algunos de los problemas que enfrentan son que “no hay suficiente personal especializado en autismo, no hay recursos para ayudarlos y muchos de ellos están encerrados en sus casas con sus padres que han envejecido y no pueden llevarlos a salir, a divertirse, a aprender”.
Explicó que muchos de los jóvenes que tienen autismo no tienen actividades disponibles para confraternizar, y aquellos que ya entran al mundo laboral no tienen muchas oportunidades de empleo, por lo cual han propuesto el proyecto Misión, Empresarismo y Trabajo para Adultos con Autismo (Metaa) que busca dar incentivos a empresarios que contraten personas con autismo.
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“Muchos de ellos dependen totalmente de sus padres y no vamos a saber qué hacer cuando ellos falten”, agregó la directora de la entidad durante la celebración del Día Mundial de Concienciación Sobre el Autismo, en el Morro, donde realizaron un lazo humano.
Destacó además que “es bien importante concienciar, educar y apoyar a las familias. Ese es el propósito principal de esta actividad, que la gente sepa que no está sola”.
Según las estadísticas ofrecidas por Dávila, en estudios de 2011, uno de cada 62 niños es diagnosticado con autismo, y se estima que hay 30 mil personas con esta condición en Puerto Rico.
“El número ha aumentado dramáticamente, porque hace 20 años en Estados Unidos era uno de cada diez mil niños”, destacó Dávila.