Por cada $280,000 que generan en ventas, las megatiendas en Puerto Rico solo crean un empleo. Así lo reveló hoy el director el Centro de Información Censal (CIC), ubicado en el Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, José Caraballo Cueto.
Según el experto, la baja inversión en la creación de puestos de trabajo contradice el incremento que han registrado las ventas de estos locales en los últimos años.
En efecto, de acuerdo con el Censo Económico de 2012, en Puerto Rico las ventas al detalle de los establecimientos más grandes subieron $1.4 millones (a precios constantes) en 2012.
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En contraste, el director del CIC señaló que las pequeñas y medianas empresas (pymes) crean un empleo por cada $115,000 en ventas.
“Estos datos nos indican que las megatiendas han seguido creciendo aceleradamente en ventas, pero, contrario a las pymes, no reinvierten aquí la inmensa mayoría de sus ganancias y crean pocos empleos. La creación de empleos es dos veces más fácil en las pymes que en las megatiendas, las cuales funcionan con un concepto de ‘sírvase usted mismo”, señaló Caraballo Cueto.
El experto fue más allá al advertir que los establecimientos que venden individualmente $5,000,000 o más capturaban en 2012 un 72 % de las ventas al detalle, comparado con un 66 % en el año 2007.
No obstante, añadió que el porcentaje de empleos que ofrecen estos megaestablecimientos se mantuvo en un 51 % en ambos periodos de acuerdo al Censo Económico, que es realizado por el Negociado del Censo de Estados Unidos.
“Las personas que diseñan las políticas económicas deben entender que las megatiendas no son similares a las extintas fábricas 936. Una megatienda puede crear 100 empleos bruto pero puede destruir 200 empleos existentes de los negocios locales que serán desplazados, mientras las extintas fábricas creaban empleos bien pagados que no desplazaban a ningún otro empleo existente en el País. Esa una diferencia fundamental”, aseguró el también economista.
De acuerdo con un ensayo del economista José Alameda, (El impacto de la mega tienda en las Pymes de Puerto Rico: El caso de Wal-Mart), la penetración de la mega-tienda en Puerto Rico se presentó agresivamente a principios en la década de los 1990, acompañado del aumento en pies cuadrados de centros comerciales , en los que las mega-tiendas eran consideradas como tiendas anclas de los proyectos de centros comerciales.
Para 2002, se estimaba que la s mega-tiendas tenían clientes anuales de unos ocho millones, para 238 mil por tienda por año.