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Columna de Mariliana Torres: El futuro del periodismo ya es móvil

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El presente del periodismo es el teléfono móvil. Apenas nos estamos acostumbrando. Pero estoy pensando que en 10 años el periodismo pasará por más transformaciones. En el olvido han quedado las libretas de apuntes y las grabadoras tradicionales para dar paso a todo aquello que nos adelante o transforme la información en inmediatez. Arropados y algunos agobiados por la era digital, cámaras diminutas, Periscope y las redes sociales me pregunto: “¿Qué mas podremos esperar y aprender?”. Me parece que todos los periodistas debemos estar preparados y no temerosos de la revolución informática, porque apenas hemos sido testigos de sus primeros cinco minutos de rebelión.

Todos los periodistas debemos prepararnos para no trabajar para un medio, sino para un proveedor de noticias. La innovación por acceder a contenidos atrayentes, inteligentes y cautivadores llevará a los supuestos grandes medios a comprar información relevante y sustituir puestos. Esas investigaciones complicadas para divulgar no serán el objetivo del medio, porque podrán comprar por catálogos de contenidos a casas productoras y periodistas independientes. Los productores de noticias saben que ello es rentable, porque se estarían economizando mucho dinero y porque los públicos son cambiantes y no del todo fieles. Al público le aburren los contenidos en los que se repite la misma historia como si fuera un llena blanco y está deseoso de información cautivante. Eso explica por qué las redes sociales han tenido tanto éxito en términos de la información que se publica específicamente para esas plataformas. Para que puedan permanecer lectores, oyentes o televidentes con el medio de comunicación, los contenidos deberán ser diversos, pero al mismo tiempo ningún medio electrónico podrá competir con la diversidad que le provee la prensa digital. Como medio para transmitir se consolidará el teléfono, un aliado del periodista, por lo que peligrarán todos los puestos de trabajo circundantes que dependían unos de otros. El periodista conformará su propia marca o portal informativo para divulgar su trabajo.

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¿Qué sucederá en Puerto Rico, donde se ha sido muy tímido en la elaboración de contenidos y plataformas diferentes de transmisión de información? Desde hace mucho tiempo la manera en que se trabaja y se entrega la información al público en nuestro país está en desuso. Muchos piensan que no están mal porque es lo único que han aprendido y visto. Mientras tanto, otros no se han preocupado por seguir estudiando nuevas maneras de producir noticias y la tecnología les pasa por el lado. A todos nos esperan muchos cambios, como, por ejemplo, salas de redacción móviles, periodistas especializados capaces de escribir para múltiples plataformas y webcasting. Se conformarán ideas vanguardistas para ponerlas en práctica de una manera sencilla, dinámica y al grano. Observaremos una producción masiva de entregas informativas en video móvil para sobrevivir al apabullante escenario de los despidos y cierres. Las pantallas de televisión por internet serán masivas. Entre lo nuevo estará la promoción del periodismo independiente, que es más costo-efectivo como modelo de negocio. Es imperativo que se vuelva a la aula para aprender o repasar los aspectos legales y éticos de la internet. Ello incluye derechos de autor para contenidos digitales y elementos gráficos de publicaciones, libelo, plagio, privacidad y libertad de expresión en los medios digitales, así como la privacidad de los internautas. Lo anterior es fundamental porque, si el medio o el periodista independiente quiere prevalecer, deberá establecer confiabilidad del contenido desde el primer momento. La información que se publique debe promover participación ciudadana y que el espectador se sienta parte de la historia. Emergerá de una manera sorprendente el periodismo ciudadano y colaborativo, cuyo objetivo será interactuar con los lectores. Mientras tanto, el periodista, para distinguirse del periodista ciudadano, será más transparente publicando las transcripciones de sus entrevistas y citando fuentes como herramienta de corroboración.

Como vemos, se trata de sobrevivir a las formas tradicionales. Entiendo que se seguirá importando el periodismo, pero más vigilantes en el análisis porque el público será más exigente ante la cantidad de la información disponible a la que pueden acceder. Además, debemos descubrir nuestra fuerza y defender la profesión ante el competidor más fuerte, que serán los propios entrevistados que no necesitarán intermediarios para comunicar la noticia que los involucra.
 

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