A todas luces, esto de los concursos de belleza, específicamente Nuestra Belleza Latina, se ha convertido en todo un fenómeno social alejándose de la competencia tradicional donde se selecciona a ‘la más linda’. Claro, lo anterior también siempre es motivo de controversia pues eso de la hermosura es totalmente subjetivo.
Pero, en el caso de Nuestra Belleza Latina existe un asunto paralelo al tradicional panel de jurado al tratarse de un certamen en el que el público selecciona a las eliminadas y eventualmente a la ganadora. Entonces, la competencia no es únicamente entre candidatas sino entre los países de donde son oriundas las chicas.
Por lo anterior es que se ha escuchado al jurado y las propias participantes decir, con tanta insistencia y con todas sus letras, que: “voten por la más bonita y talentosa y no por nacionalidad”. De hecho, dicen que por esto es que Nathalia Casco, quien no cuenta con las requisitos para haberse mantenido en competencia hasta ahora, sigue ‘viva’ pues tanto su paisanos hondureños como toda Centroamérica gustan mucho de esta competencia y se activan al 100% a la hora de votar por las suyas.
Y, dicho sea de paso, muchos han traído a colación a la salvadoreña Marisela de Montecristo quien ganó el título en el 2013 y quien tampoco era la más hermosa y talentosa. No obstante, en el caso de Nathalia, ahora que se encuentra amenazada junto a la mexicana Mariana Torres, todos entienden que el caso será diferente, no tan solo porque esta última tiene más cualidades para mantenerse hasta la final, sino que sus compatriotas son más fanáticos del voto que los centroamericanos.
Aunque, señores, dudo mucho que alguien le gane a los boricuas en eso de apoyar a los suyos… Y no me malinterprete y sin que me ciegue la pasión ni el patriotismo, las pasadas dos reinas han sido boricuas pero –sin dudas- eran las mejores candidatas de sus respectivos años. Tanto Vanessa de Roide como Aleyda Ortíz se ganaron su corona a pulso.
Así las cosas, todo parece indicar que a la final llegarán Mariana (mexicana), Clarissa Molina (dominicana), Francisca Lachapel (dominicana) y Catherine Castro (puertorriqueña). Entonces, el asunto se puso difícil pues, más allá de que SÍ voy a votar por la boricua no importa qué (para sumarme a las estadísticas que dicen que la mayoría vota por nacionalidad), creo que Clarissa tiene todos los atributos para convertirse en la nueva reina. Pero, al mismo tiempo me encantaría que ganara Francisca, pues rompería con todos los moldes de la reina espectacularmente bella pero indiscutiblemente talentosa. Durante los pasados ocho años de Nuestra Belleza Latina no recuerdo a nadie con tantos atributos histriónicos y presencia escénica como Francisca. ¡Es genial!
Sin embargo, no cabe la menor duda que Catherine puede llevarse esa corona sin que nadie pueda decir “ni jí” pues, a medida que ha pasado la competencia, ha lucido como toda una soberana digna de cargar con el preciado título. Muestra de esto fue la pasada gala donde se robó el ‘show’ en todo el sentido de la palabra.
Y, antes de que diga otra cosa, sí apoyo estas competencias pues, aparte de que son entretenidas y están magistralmente producidas, nos proporcionan lecciones de vida a través de los impactantes testimonios de las concursantes. Y, a ellas, le brindan la oportunidad de abrirse paso como profesionales de las comunicaciones, el modelaje, etc.
¿Quién va a ganar? ¿La que realmente luzca mejor durante las últimas semanas? ¿O el patriotismo podrá más que la razón? ¿Qué tendrá más fuerza, nuestro buen juicio sobre quién realmente merece la corona o la ilusión y pasión de ver el nombre de nuestra tierra brillar? Vaya usted a saber… Pero, insisto, yo voy a votar por la mía…