La patóloga del habla y lenguaje del Centro Tomatis de Puerto Rico, Nellie Torres de Carella, advirtió hoy acerca de los daños a la salud del infante que puede causar el uso del bobo.
De acuerdo con Torres de Carella, el uso del bobo responde a una etapa en el desarrollo del infante, pero “puede ser inadecuado en otra. Todos encontramos hermoso a un bebé chupando bobo, pero causa una impresión negativa un niño de tres a cuatro años o más con un bobo en la boca”.
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La experta indicó que el uso del bobo luego de pasado un año de vida del bebé puede ser perjudicial. Por ejemplo, las infecciones de garganta y oído son más frecuentes en los niños que usan el bobo debido a los gérmenes que se acumulan en este accesorio.
Además, un estudio reportó que los niños que no usan bobo sufren 33 por ciento menos infecciones de oído que los que los usan.
De igual forma, la especialista señaló que “las infecciones de oído recurrentes pueden afectar el desarrollo del lenguaje. Mantener el bobo en la boca afecta la maduración del proceso de tragar, perpetuando un movimiento lingual inmaduro, lo que causará problemas con la dentición y con el desarrollo de los sonidos del habla o articulación”.
De Carella afirmó que si se quiere eliminar el uso del bobo en el niño o niña “hay que hacerlo cuanto antes, mientras más tiempo pase, más difícil será eliminarlo. Puede eliminarlo gradualmente, dejarlo solo para dormir en la noche y luego sólo para cuando se despierta en la noche. Y puede colocar al bobo una sustancia con sabor desagradable que se usa para eliminar el hábito de comerse las uñas o chupar dedo”.