Todos le tenemos miedo a algo. Tengo que confesar que le temía a los lagartijos que brincaban encima de mi pelo en casa de mi abuelo Clesio y juro que mis gritos se escuchaban en todo el barrio. Siempre tuve dos sospechas de porqué lo lagartijos me atacaban: 1. Ellos tenían poderes psíquicos y sabían de mi miedo por lo que me brincaban encima a propósito ó 2. Era venganza en contra de mi hermano por usarlos como pantallas. Cada vez que veía uno de esos reptiles, mi miedo hacía que me cambiara de sillón.
Algunas personas le temen a cosas comunes como las alturas, volar en avión o animales, mientras que otros le temen a cosas más extrañas e increíbles, como el pelo o al agua. Sin embargo, a veces eso miedos son muy severos y hasta causan ataques de pánico que incapacitan a la persona. Este tipo de miedo extremo y muchas veces irracional se conoce como fobia.
Hay ciertos factores que te hacen susceptible a padecer de fobias. Algunas son:
- Pasar por un incidente traumático. Una persona que haya sufrido un accidente de carro puede desarrollar un miedo de guiar.
- Tener un pariente con una fobia. Si tu mamá le tiene un miedo enorme a las cucarachas, es más probable que tú también desarrolles ese miedo.
- Ser mujer. Las mujeres tienden a padecer más de fobias, aunque es posible que los hombres no busquen ayuda tanto como las mujeres o se avergüenzan de su miedo, por lo cual se diagnostican menos varones.
A veces, las fobias causan poca molestia. Por ejemplo, una persona que le tema excesivamente a los elevadores se ve obligado a solo utilizar las escaleras (en parte es beneficioso pues esto puede formar parte del ejercicio cardio del día). Sin embargo, algunas de las fobias pueden llegar a interrumpir la habilidad de una persona de trabajar. Aquellas personas que le teman de manera exorbitante a los gérmenes pueden evitar interactuar con otros, y por ende se aíslan laboralmente y socialmente. Una fobia puede causar ansiedad, pánico e interrumpir la rutina diaria de una persona; de manera que si ese miedo excesivo causa que no puedas llevar tu vida de manera normal, se recomienda que busques asistencia profesional. Las fobias se pueden tratar con terapias de comportamiento y con medicamentos.
En cuanto a mi miedo hacia los lagartijos, pues se desvaneció con el tiempo. Después de varios encuentros con ellos, me percaté que eran inofensivos y que tampoco le guardaban rencor a mi hermano por usarlos como joyería.