Si a usted en estos días le retumba en la cabeza la canción pegajosa de el astro cubano Pitbull con el coro de “Pa…panamericano”, entienda que no es que la misma haya vuelto a sonar en la radio, sino que en la Isla del Encanto los Juegos Panamericanos de 2023 son tema de conversación en cada esquina.
Y es que en días recientes el gobernador, junto con la alcaldesa de San Juan, anunció que Puerto Rico solicitará la sede de los Juegos Panamericanos 2023. Fueron mas allá al pronosticar que, sin duda alguna, los juegos serán otorgados a nuestra ciudad capital declamando el estribillo “Los Juegos Panamericanos 2023 tienen nombre… Serán de San Juan!”.
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Como parte del anuncio, el gobernador sugirió que se trata de que “Puerto Rico ha decidido soñar nuevamente”… Y es que soñar no cuesta nada, pero cuando se pretende darles paso a estos proyectos sin tomar en cuenta el cuadro fiscal del estado y cuáles deben ser las prioridades, esos sueños terminan en pesadillas.
En la evaluación preliminar hecha por los miembros del COPUR, se sugiere que el presupuesto para los juegos ronda los $200 millones. Sin embargo, un mero repaso de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010 revela que en esos juegos, los cuales son de menor envergadura, los costos sobrepasaron los $400 millones.
Más aún, el cuadro presentado por García Padilla contrasta con la realidad de la ciudad de Guadalajara, México, que celebró los Panamericanos 2011 y como consecuencia de estos el estado de Jalisco arrastra una deuda de 3,200 millones de pesos mexicanos (alrededor de $250 millones). Por otro lado, ha trascendido que los Panamericanos 2015 en Toronto tienen un presupuesto $1.4 billones, lo que incluye una aportación de $500 millones del Gobierno central canadiense.
Ante las interrogantes que levantan los contrastes entre el presupuesto preliminar y las realidades de estos otros eventos, la administración de turno plantea que la clave está en que la mayoría de las instalaciones ya están construidas y solo necesitarían remodelación. Sin embargo, creo que el ciudadano de a pie de primera mano se pregunta si ante el tétrico cuadro fiscal de la Isla no sería prioritario invertir los supuestos $200 millones en las compensaciones adeudadas a la Policía de Puerto Rico, en apalear la deuda de los Sistemas de Retiro, en incrementar la compensación de los maestros del sistema público, en fortalecer nuestro sistema público de salud, etc., etc. etc.
Si nos aventuramos a solicitar la sede para 2023, debemos asumir que aparecieron los dineros necesarios para atender cada uno de esos temas prioritarios; o será que además de la trapo e’ bola, los Reyes nos trajeron una maquinita que imprime billetes verdes.
Ya veremos. Mientras tanto, seguimos con el baile, botella y baraja al son de “¡¡¡Pa…panamericano!!!”.